El trabajo en el arte (II)

En una entrada anterior empecé a explicar lo que se me había ocurrido leyendo un artículo breve de Guillermo Solana, Director artístico del Museo Thyssen Bornemisza, sobre el trabajo humano en la historia del arte. Empezamos con Millet (trabajo agrícola) y seguimos con Lowry (la Revolución Industrial).

La fábrica va acompañada de la oficina y, a menudo, la empresa es una gran oficina. Solana cita a Edward Hopper (1882-1967) y sus cuadros con oficinas impersonales, oficinistas solitarios, cerrados en ellos mismos, en un ambiente frío… La tecnología, que había deshumanizado el trabajo en la fábrica, había dado paso a la organización, otra forma de deshumanización. El trabajo no tiene sentido. O sea, la vida no tiene sentido. Y si quieres encontrarlo, búscalo fuera de tu trabajo: el trabajo es solo un paréntesis.

La última escena es del arte pop. El trabajo es ahora una combinación, un collage de fábrica, tienda, oficina, calle, estadio deportivo, bar… El hombre trabaja para consumir; trabajar es producir para que otros consuman, me paguen, y yo pueda consumir también. El sentido del trabajo me lo da el consumo: de bienes, de cultura, de ocio, de noticias, de facebooks, de instagrams…

El panorama parece un poco desolador. Pero el trabajo es un medio: es difícil encontrar un sentido al trabajo si la vida no tiene un sentido. De modo que la vida es la que da sentido al trabajo. O mejor, encontramos el sentido del trabajo en el sentido de nuestra vida. La familia y la comunidad en el primer cuadro, la tecnología y la lucha en el segundo, el vacío en el tercero, el volcarse hacia afuera en el cuarto… ¿Para qué trabajo? ¿Qué estoy haciendo aquí, en este puesto de trabajo? Recordemos el caso de los tres picapedreros a los que les preguntan: ¿para qué trabajas? Pico piedra, me gano la vida, construyo una catedral. No sé lo que hago, trabajo para recibir algo para vivir (motivación extrínseca), trabajo para crecer como persona (motivación intrínseca), trabajo para los demás (motivación trascendente).

Una pregunta a mis lectores empresarios y directivos: ¿qué tipo de trabajo estás creando en tu empresa? Eso lo decidirán tus empleados. Lo que tú tienes que pensar es: ¿hacia dónde les llevo, hacia qué tipo de trabajo y de sentido del trabajo?

2 thoughts on “El trabajo en el arte (II)

  1. Una precisión, profesor: la motivación trascendente se refiere a «cómo voy a hacer crecer más a los demás como personas, con mi trabajo». Entiendo que es difícil hacer tantas precisiones en un blog, por eso me atrevo a hacerla.

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