El pasado día 10 tuve la reunión en el IESE, en Barcelona, de que os hablé en la entrada con este título, con Mireia Las Heras, del IESE; Rosa Pich, bloguera y madre de familia, como se presenta ella; Remei Agulles, profesora de la Universidad Internacional de Catalunya, y Javier Vidal-Quadras, de la IFFD (International Federation for Family Development). En un momento de la mesa redonda, Mireia, que la moderaba, les hizo una pregunta sobre cómo podríamos identificar un «hogar bien gestionado». Tomé nota de cosas que fueron saliendo:
- Tiene un objetivo inicial claro.
- Piensa a medio y largo plazo.
- Mucho diálogo, poner las cosas en común, participar.
- Buena distribución del tiempo y de los recursos.
- Normas muy claras, que sientan los límites (por el estilo de «el que la hace, la paga»).
- Amor, que es exigir.
- Corresponsabilidad.
- Delegar todo lo delegable (para dejar tiempo para lo importante).
- Anticipar.
- Claridad en los mensajes (lo que exige unidad en los padres).
- Coherencia (o sea, los padres van por delante).
- Espíritu de servicio.
Al llegar a este punto, me detuve y pensé: ¿Qué pondríamos si nos preguntasen qué es una «empresa bien gestionada»? Y me respondí: lo mismo, más o menos. Claro: yo había empezado mi presentación explicando que el hogar es una organización, y la empresa también. Lo que acababa de salir en la sesión es lo qué caracteriza a una organización bien gestionada.
Por ejemplo, una empresa bien gestionada empieza con un plan de negocio bien elaborado (el objetivo claro, la primera cosa que he puesto antes). Por tanto, un hogar debe empezar con un «plan de negocio» bien pensado: ¿qué vamos a hacer, qué vamos a ser, qué queremos lograr, con qué medios contamos, qué dificultades nos encontraremos, cómo nos verán los demás…? Y me pregunté: realmente, ¿todos los hogares empiezan así? El refrán español dice: «contigo, pan y cebolla», o sea, si nos queremos, ya saldremos adelante. Pero me parece que a todos nos gusta empezar con algo más que pan y cebolla, ¿no?
A partir de ahí, la cuestión de qué puede aprender el hogar de la empresa y la empresa del hogar estaba ya claro. Todo grupo humano con un propósito funciona de la misma manera. Con diferencias, claro. Pero el punto de partida es el mismo.
Tienes toda la razón, las empresas como los hogares deben estar bien gestionados, no vale de nada tener un hogar perfecto sino existe una buena armonía, estructuración y reparto de las tareas. Si respetamos los roles de cada uno de los componentes del hogar ganaremos un gran organización. el Hogar es como una empresa y toda empresa necesita una buena organización, trabajo equipo y formación adecuada. Por poner un ejemplo si trabajas y tienes a un componente de tu equipo donde esta formado profesionalmente con, por ejemplo cursos de formación de trabajastur y esta persona identifica completamente su rol dentro de la empresa, conseguiremos formar una buena organización, en la empresa y la familia
El motor que mueve un hogar y el que mueve una empresa son totalmente diferentes y no tienen nada que ver uno con el otro como alguien podría pretender. El fundamento de un hogar, una familia, es el Amor con mayúsculas, el crecer juntos como personas y con algo más que pan y cebolla si es posible lográndolo con el esfuerzo entregado de todos. Si las personas que conforman una empresa pertenecen a una misma familia podemos seguir hablando de una familia, más compleja eso sí por sus componentes económicos y de trabajo, pero igual que si en una familia el padre es farmacéutico, la madre es arpista y la hija vendedora en el super y los tres contribuyen con la misma entrega a la familia. Pero, ¡Hay, la empresa! ¿Tiene las mismas emociones, motivaciones e intereses que un hogar, que una familia?
Preguntemos a los dueños, accionistas, a los departamentos de RRHH y a los de imagen, digo responsabilidad social corporativa que acostumbran a ser bastante sinceros …
Lo siento quería escribir ¡Ay! sin h.