«A nadie le amarga un dulce», dice un refrán español. Cuando uno saca un tema en un blog como este, le gusta encontrar a otros que comparten sus tesis. Me refiero aquí a un artículo de Elena Molinari, en el periódico italiano Avvenire, sobre la importancia del matrimonio en los factores causantes de la desigualdad de la renta en Estados Unidos, del que tuve conocimiento a partir de Aceprensa (aquí).
“Si en los años ochenta, dice el artículo, la división principal entre parejas casadas y no casadas era cultural e ideológica, hoy es la élite liberal, bien instruida, a menudo laica, la que mantiene la tradicional familia con dos padres y un empeño común de unir fuerzas para tener hijos e invertir en su futuro”.
Según explica Molinari con datos del Pew Research Center, “hoy la probabilidad de un primer matrimonio que dure al menos 20 años es del 78% en el caso de una mujer con título universitario, de un 49% para la que hizo algún año de universidad y del 40% para quien tiene estudios de secundaria. En los años 80, no había diferencia en las tasas de divorcio según el nivel de instrucción”.
¿Por qué se produce esto? El artículo no da una explicación, pero recuerdo el comentario de un buen amigo mío hace unos cuarenta años. El estaba entonces recién casado y me contó que, pasase lo que pasase, en medio de una vida profesional intensa y exigente, con muchos viajes, reuniones y cenas, no dejaba de volver cada día a cenar a su casa. Y cuando yo le pregunté por qué lo hacía, me respondió: Porque todos mis amigos de mi edad, que se han casado en los últimos años, tienen su matrimonio estropeado, y no quiero que me pase lo mismo.
El artículo que he mencionado antes hace notar que la corrección de las desigualdades de renta y riqueza no es cuestión solo de impuestos progresivos, políticas sociales, salarios mínimos y cosas de este tipo. Desde antiguo sabemos que las instituciones son importantes. Ya se ve que la institución de la familia es importante.
¡Ah!, y tomarse en serio lo que supone crear y mantener una familia unida. Mi amigo continúa con su familia unida.
Tiene toda la razón caballero, me encanta como temas de este interes puede ser explicado de forma tan clara como lo hace usted. Esperando ya con ansias el próximo post ..
Pura sincronía profesor. Nos propagamos luminosamente y nos armonizamos sinapticamente. La propagación puede ser muy efectiva (sincronizada) pero fallar la armonía, de pareja, por ejemplo; que se manifiesta en la biofísica-sináptica: al tomarse de las manos por ejemplo