Algunas reflexiones sobre la Responsabilidad Social (II)

En una entrada anterior con el mismo título expliqué el origen de estas ideas, que me vienen de un artículo de Davide Secchi que me hizo pensar, no sobre las teorías de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), sino de su aplicación en las empresas. Continúa aquí con esas ideas.

Al plantearse los problemas de su relación con la sociedad, la empresa lo hará desde el punto de vista de cuál es su misión: maximizar los beneficios, ofrecer un servicio útil a sus clientes, contribuir a una sociedad mejor, solucionar un problema local relevante… La reflexión de que hablaba antes vendrá condicionada por ese propósito o misión, sea explícito o no. Y esto vale tanto para la gran multinacional como para el comercio local.

Y también influirán otras variables. Por ejemplo, la actitud de la sociedad, de las autoridades y de los medios sociales: si son agresivos o no, cómo valoran la aportación de la empresa a la sociedad, qué legitimidad le otorgan y qué condiciones ponen… De todo esto dependerá, por ejemplo, que se exija una mayor o menor implicación de la empresa en las cuestiones sociales y medioambientales: en definitiva, ¿de quién es la responsabilidad primera por los problemas sociales detectados? Solo hay tres respuestas posibles a esta cuestión: de la empresa, de la sociedad (o sea, el estado, las asociaciones ciudadanas o empresariales, etc.) o de ambas; la tesis de que nadie es responsable no se contempla en estos casos –y no vale decir que “esto es responsabilidad del estado; si él no se ocupa de esto, yo no tengo nada que ver con ello”. De ahí se desprenderán los modos concretos para hacer frente a esas responsabilidades, desde mínimos (pagar los impuestos justos, cumplir las reglamentaciones, respetar los derechos básicos…) hasta más generosos (la implicación voluntaria de las empresas, por ejemplo, mediante acciones sociales no relacionadas con su “core business”).

El segundo ámbito en que aparece la responsabilidad social es dentro de la empresa, empezando por su dirección y siguiendo por toda la estructura, hasta los que no tienen casi peso en las decisiones. El diálogo al que me he referido antes empieza en la empresa misma: ¿qué responsabilidades tenemos? ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo lo gestionamos?

Esa reflexión recogerá, de algún modo, las conclusiones sobre la misión de la empresa, su estrategia, etc., y se puede materializar en medios explícitos, como códigos, informes, auditorías… o no: es probable que el pequeño comercio al que me refería al principio no tenga nada de esto, pero que sea socialmente responsable. Lo importante es, como he dicho antes, que se lleve a cabo la reflexión interna y que se saquen consecuencias útiles para el gobierno y la gestión.

Un aspecto importante de la RSC en la empresa es su presencia –activa- en los procesos de toma de decisiones y en su ejecución. La reflexión mencionada antes, el conocimiento de los problemas sociales que se presentan ante la empresa, las dificultades a las que se enfrenta, la información sobre lo que está pasando, deben aparecer en ese proceso de toma de decisiones, incluyendo la evaluación de esas decisiones y su posible corrección.

Esto dará lugar a prácticas muy variadas: por ejemplo, cómo se recoge y evalúa la información sobre RSC; cómo se integra en la estrategia; cómo se consigue que todos los interesados aprendan de ese uso de la RSC, cómo se rinden cuentas (ante la dirección y el consejo, pero también ante los stakeholders y la sociedad)…

Un aspecto concreto importante es cómo se determinan las responsabilidades de las personas, desde el consejo hasta el personal de base; cómo se seleccionan los asuntos relevantes en cada momento, cuánto margen se deja a los managers; si se sienten verdaderamente responsables de esos temas, si el enfoque es global o caso por caso y problema por problema… Al final, estas cuestiones son muy, muy importantes, porque indican si la empresa es, de verdad, socialmente responsable.

El último aspecto que me inspiró el artículo de Secchi que mencioné al principio es el de cómo se ve la RSC de la empresa desde fuera. Este tema me interesa menos, aunque a la dirección puede, y quizás debe, ocuparle mucho, por aquello de que la mujer del César debe ser honrada… y parecerlo. Pero de esta visión externa de la RSC de la empresa se pueden sacar también conclusiones interesantes: si la empresa comparte o no los valores de la sociedad –no es necesario que los comparta todos, pero al menos debe saber por qué y valorarlo. Así también entenderá qué se considera en esa sociedad legítimo o no en cada momento; cuánto “moral free space” tiene la empresa para moverse por su cuenta, etc. Y como la sociedad no es una unidad, sino que tiene muchos componentes y la empresa se relaciona con muchos o todos ellos, deberá bajar a ese nivel de detalle cuando estudie cómo se valora desde fuera su RSC y qué implicaciones tiene esto para su gobierno…

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2 thoughts on “Algunas reflexiones sobre la Responsabilidad Social (II)

  1. wao creo que si todos pensaran como usted todo estaria mejor creo que todos deben tener responsabilidad social una persona como usted es un premio a la sociedad

  2. Muy buen articulo!
    Hoy en dia las empresas solo se focalizan en maximizar los beneficios y la responsabilidad social es algo que todo el mundo dentro de una empresa asume que corresponde a otra persona..

    Un saludo

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