Hace unos días estuve invitado en el 7 Congreso de Responsabilidad Social, que se celebró (online) en Zaragoza. El tema de la mesa redonda era el propósito y su medición. Me permito recordar aquí algunas de las ideas que salieron allí.
- Toda empresa tiene un propósito, también la mafia y las células terroristas. Lo importante no es tener un propósito, sino que este sea bueno.
- El propósito no está para colgarlo en la web, sino, sobre todo, para dirigir, y dirigir bien. La dirección de la organización debe tener siempre en su cabeza el propósito.
- Lo interesante del propósito es elaborarlo, porque es la oportunidad de pensar qué necesidades de qué personas vamos a atender (propósito externo) y qué necesidades de los de dentro de la empresa vamos a atender cuando estos se ocupan de atender a los de fuera (propósito interno).
- El propósito, pues, empieza con largos diálogos, escuchar a las personas (¿qué tienen que decir nuestros vendedores sobre las necesidades de nuestros clientes?) y sacar conclusiones.
- El propósito no consiste, pues, en añadir dimensiones sociales o medioambientales a lo que estamos haciendo. Tiene que ver con lo que estamos haciendo.
- El propósito no es, pues, un tema de relaciones públicas, imagen, marca o marketing. Es, ante todo, un tema del consejo, del comité de dirección y de los directivos y, luego, de todos los demás en la empresa.
- Competir con otras empresas en tener un propósito más bonito no es una buena idea.
- Un propósito copiado sirve de poco. El propósito es lo que nos distingue a nosotros.
- El propósito ha de calar en la organización, en todos, porque todos lo tienen que poner en práctica cada día.
- Esto afecta también a los propietarios: si ellos no «compran» el propósito, este no sirve de mucho.
Profesor Antonio, respecto al proposito de la empresa menciona que «El propósito no es un tema de relaciones públicas, imagen, marca o marketing.» sin embargo la mayoria de propietarios d enegocios lo entienden así , es más indica que tambien deberia estar direccionado al buen manejo de la propia empresa, sin embargo considero que en la definición seria importante hacer participe de los miembros activos de la empresa.
Buenos días Antonio, estoy de acuerdo con la mayoría (por no decir todas) de las conclusiones que enumera. En el caso de un despacho de abogados, por ejemplo, no creo que difiera mucho del resto de empresas de otros sectores. Cuando habla de que competir con otras empresas por tener «el propósito más bonito» no es el fin estoy aún más de acuerdo. De hecho creo, que más que competir habría que cooperar con aquellas que tengan propósitos similares.
Muy buena conferencia. Te he escuchado en otras ocasiones y siempre concuerdo con todo lo que comentas. Gracias por tus aportes.