Sobre el sentido del trabajo

Escuché hace días un coloquio organizado por el Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra sobre El trabajo en busca de sentido, en el que participaron Manuel Guillén y Andrés Sendagorta, moderados por Iñaki Vélaz. El tema me interesaba y, como es lógico, dada la calidad de los participantes, me gustaron sus aportaciones. Aquí resumo alguna de las cosas que me llamaron más la atención.

  • ¿Quién da sentido a mi trabajo? Yo. Se encuentra sentido al trabajo cuando el trabajo se ama.
  • No lo da la empresa, pero la empresa debe poner el marco en el que los empleados pueden encontrar el sentido de lo que hacen.
  • Victor Frankl, autor de «El hombre en busca de sentido», encontró el sentido de lo que hacía en un campo de concentración nazi. No todos somos Frankl, pero sí podemos intentar sentido a lo que hacemos en nuestra jornada diaria.
  • El trabajo tiene sentido no (o no solo) cuando es agradable y está bien pagado, sino cuando sirve a los demás (clientes, sociedad, colegas, propietarios…), cuando tú eres bueno para lo que haces.
  • La mejor prueba de que los empleados aman su trabajo es que no quieren marcharse de la empresa.
  • La empresa ofrece efectivamente un trabajo capaz de dar sentido a lo que hace el empleado cuando reconoce la dignidad de las personas, cuando ofrece (y exige) excelencia en el trabajo, y cuando ayuda a que las personas florezcan como tales y sean felices.
  • El sentido del trabajo será solo una parte del sentido de la vida, porque hay otras facetas de esta que no se relacionan directamente con el trabajo.
  • No tratar bien a las personas es un síntoma de una mala dirección.
  • Cuando el trabajo no llena al trabajador, este debe preguntarse dos cosas: en qué soy bueno y en qué puedo ayudar a los demás, a la sociedad.

4 thoughts on “Sobre el sentido del trabajo

  1. Excelente resumen. Seguro que el coloquio dio mucho de sí. Coincido con Marta que no hay recursos ni ayudas suficientes y que por eso se pierden grandes profesionales.
    También estoy de acuerdo con la importancia de amar el trabajo que se realiza. Es una forma de cuidarse, y de velar por la salud de uno mismo. Igual que hacer ejercicio, comer sano o trabajar la espiritualidad. Si creemos en el trabajo que hacemos, lo haremos mejor y estaremos más sanos y felices.

  2. En el campo de concentración lo único que no le pudieron quitar a Victor Frankl fué su dignidad. Si entendemos que todos los trabajos del mundo se transfunden en uno solo, en uno global, en el de la humanidad entera, tenemos el deber de hacer bien nuestros trabajos, con dignidad, porque nuestro trabajo influye en el de los demás, en nuestra y en su dignidad.

  3. Una buena amiga que ama su trabajo ha presentado su dimisión. Tiene tres hijos pequeños, pero el mediano sufre un problema de aprendizaje en la escuela y necesita a su madre y apoyo … que no recibe. Ni El Niño por parte del colegio debido a la falta de recursos en tiempos de pandemia, ni la madre por parte de la empresa.
    Es triste porque ella sí que encontraba sentido a su trabajo y mucho. Profesional brillante….
    Gracias por su post y recordarnos a Víctor Frankl.

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