La ética del cuidado suele entenderse en relación con las personas que necesitan un cuidado especial: niños, ancianos, enfermos, discapacitados, vulnerables… Pero de alguna manera nos afecta a todos, porque todos tenemos la oportunidad o necesidad de cuidar y de ser cuidados, probablemente en diferentes momentos de la vida. Cuidar es una práctica relacional entre personas que implica al que da los cuidados y al que los recibe; no son un producto que se puede comprar y vender, aunque a menudo se plantee en estos términos; y se aplica siempre en unas circunstancias concretas, circunstancias que no deben dejarse nunca de lado.
Esto implica que podemos distinguir entre una ética de la justicia y una ética del cuidado; la primera se ocupa de los derechos y de las leyes; la segunda, de las relaciones y las responsabilidades. La ética del cuidado va, pues, mucho más lejos que la ética de la justicia. Pero a la hora de administrar los instrumentos aplicados, es mucho más fácil limitarse a la ley y al reglamento que a la gestión de relaciones personales próximas entre cuidador y cuidado.
Lo que importa a las personas es la calidad de los servicios y de las relaciones, sobre todo con las personas más próximas. Como definen Fisher y Tronto, «los cuidados se pueden entender como una actividad propia de la especie, que incluye todo lo que hacemos para mantener, preservar y reparar nuestro ‘mundo’ para poder vivir lo mejor posible. Este mundo incluye nuestros cuerpos, nosotros mismos y nuestro entorno, y tratamos de tejer todo esto dentro de una red compleja de soporte vital». Esto quiere decir que la ética del cuidado no se limita a las personas necesitadas, sino a todos y a todas, porque todos tenemos necesidad de ser alimentados, de que se atiendan nuestras necesidades y de que estemos bien con nosotros mismos y con los otros. Y que, de alguna manera, abarca las relaciones no solo con los que están próximos a nosotros, sino con todos.
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Muchas gracias por el aporte. Solo mencionar que lo más importante para concienciar de una buena ética del cuidado es el reconocimiento y cumplimiento de derechos y deberes. Eso y no más que eso.
Estamos de acuerdo en que una cosa es la justicia (números) y otra el cuidado (ordenamiento). Pero es algo en que nadie había pensado en concreto. ¿No le parece extraño, profesor; que desde que se publicó que lo que interesa de los exo-planetas no es la química sino la entropía (variable que mide el desorden energéticos que hacen imposible vivir en los entornos no-humanos), ya no aparecen noticias al respecto? Es el temor a quedar en ridículo. Lo mismo vale para el cuidado no humano. Demasiada coincidencia para no ser coincidencia, valga la redundancia