Sobre el buen funcionamiento de los órganos de familia

Seguimos con la serie de chequeo de la salud de la empresa familiar. El consejo de familia y la asamblea familiar son los principales órganos de gobierno de la familia empresaria. Veamos qué aspectos hay que tener en cuenta para que funcionen correctamente.

En primer lugar, es importante tener claras las decisiones que corresponde tomar en cada uno de ellos. El consejo de familia es el encargado de definir las normas y políticas relacionadas con la familia, pensando en todos los miembros que integran la asamblea familiar. Ayuda a separar el ámbito familiar del empresarial, algo crítico y no siempre fácil en las empresas familiares.

Entre sus tareas, destacan la creación y puesta en marcha del protocolo familiar, el diseño de los planes de carrera profesional de los miembros de la familia, el mentoring de las nuevas generaciones, y el establecimiento de canales de información y comunicación dentro de la familia empresaria. También podríamos mencionar el nombramiento de los consejeros dominicales para el consejo de administración y un largo etcétera.

La asamblea familiar es foro de comunicación intrafamiliar y en la misma hay que trabajar la unidad y la cohesión de la familia empresaria y su compromiso con la empresa familiar.

En sede de asamblea familiar, se da a conocer el proyecto empresarial y se informa de la marcha de la empresa a todos los miembros de la familia, y en especial a aquellos que no trabajan en el negocio. También es el lugar idóneo para debatir y ratificar las propuestas del consejo de familia relacionadas con la misión y la visión del negocio, el patrimonio familiar, el cambio generacional y el protocolo familiar, entre otras cuestiones.

Como en cualquier reunión, y las del consejo de familia no son una excepción, para que resulte provechosa y efectiva hay que asegurarse de que existe un orden del día, que se realizan actas y que posteriormente se hace un seguimiento de las acciones que se ha acordado llevar a cabo. Además, es importante comprobar la asistencia de los miembros convocados y tomar las medidas oportunas para evitar las ausencias.

Para garantizar el correcto funcionamiento de los órganos de gobierno familiar, es indispensable evaluar regularmente su desempeño. ¿Se están cumpliendo los objetivos marcados? ¿Cada órgano realiza las funciones que le corresponden, y que hemos expuesto brevemente en este post?

En vuestra empresa familiar, ¿con qué órganos de familia contáis? ¿Tenéis claras sus funciones? ¿Evaluáis su funcionamiento de forma regular?