En los últimos años, el activismo financiero ha dejado de ser un fenómeno exclusivamente estadounidense o reservado a grandes multinacionales.
Cada vez más, los fondos activistas –especialmente los hedge funds– compran participaciones en empresas que consideran “mal gestionadas” o con potencial sin explotar, para forzar cambios en la estrategia, la gobernanza o incluso la estructura accionarial.
Lo que buscan los hedge funds
Aunque tradicionalmente las empresas familiares estaban fuera de su radar, esto ha cambiado. Las empresas familiares a menudo tienen activos valiosos, baja exposición pública y estructuras menos profesionalizadas, lo que las convierte en objetivos atractivos.
Pero, ¿cómo reaccionan estas empresas cuando un fondo activista entra en escena? ¿Y qué puede hacer un dueño para prepararse?
Estas cuestiones se analizan en profundidad en un reciente artículo publicado en Strategic Management Journal de Feldman, Amat y Chen. Su conclusión es clara: la forma en que está organizada la familia empresaria puede ser la diferencia entre resistir, adaptarse o perder el control.
Aquí explico lo esencial y, sobre todo, las decisiones deberían tomar las empresas familiares para protegerse sin frenar su evolución.
Empresas en la mira de los hedge funds
Los hedge funds buscan principalmente empresas en las que puedan “desbloquear valor”, como por ejemplo:
- Empresas con activos valiosos (marcas, propiedades y clientes fieles).
- Empresas que podrían ser más rentables si cambian de estrategia.
- Empresas donde hay dudas sobre quién manda o hacia dónde va el negocio.
Si tu empresa cumple alguno de esos puntos, puede ser objetivo, aunque no cotice en bolsa. A veces, basta con tener deuda emitida o estar en el radar de algún fondo.
Perfiles de empresas familiares
El estudio identifica tres perfiles que reaccionan muy distinto ante el activismo:
- La familia fuerte y unida
Liderazgo familiar claro, fundador aún activo. Resiste bien, pero a veces ignora señales de mejora necesarias. - La familia dividida
Presencia familiar en distintos roles, pero sin liderazgo claro. El fondo puede aprovechar la fragmentación y ganar poder. - La familia flexible
Liderazgo compartido con externos, profesionalizada. Suele negociar y adaptarse mejor a los cambios propuestos.
Tres estrategias para protegerse de los hedge funds
1 – Define claramente quién manda en tu familia empresaria
¿Está claro quién toma las decisiones clave? ¿Hay unidad en los valores y prioridades estratégicas?
Un fondo activista se mete por las grietas. Si la familia está dividida o los roles no están claros, hay mayor riesgo de perder el control.
Recomendación: Fortalece la estructura de gobierno familiar –consejo de familia, protocolo actualizado y reglas claras
2 – Profesionaliza antes de que te lo exijan desde fuera
Muchos fondos activistas piden exactamente lo que faltan en muchas empresas familiares: más independencia en el consejo, decisiones más técnicas, menos intuición y más análisis.
Recomendación: Evalúa tu consejo de administración. ¿Tiene suficientes perfiles externos? ¿Te ayudan a anticiparte o solo validan lo que ya decides?
3 – Escucha las señales incómodas
A veces el activismo llega cuando el entorno ya venía dando avisos: caída en rentabilidad, pérdida de cuota o falta de innovación.
Recomendación: Antes de que lo haga un fondo desde fuera, crea tus propios mecanismos de autocrítica interna a través de asesores, auditorías estratégicas y comités de revisión.
Estar preparado es mejor que reaccionar
El activismo financiero no siempre es una amenaza directa, pero sí una prueba de estrés: te obliga a mirar tu negocio y tu familia con más objetividad.
Las empresas familiares que sobreviven –y crecen– son las que entienden que proteger el legado no significa cerrarse al cambio, sino liderarlo.
¿Tu empresa está organizada para resistir y adaptarse al mismo tiempo? Ese es el verdadero blindaje.
Imagen en la home: Benjamin R. · Unsplash