Informar sobre la Responsabilidad Social

Hace unos días participé en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) en el tribunal de la tesis del ahora ya Doctor Juan Diego Paredes, sobre la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en el sector eléctrico, medida a través de un indicador sintético, tesis escrita bajo la experta dirección de Marta de la Cuesta (UNED) y José Miguel Rodríguez (Universidad de Valladolid). Un tema que Juan Diego trata en la tesis, y que discutimos en su presentación, es el de la información que proporcionan las empresas sobre sus prácticas de RSC. Lo que comento aquí son mis ideas sobre el tema, que no involucran a ninguno de los mencionados antes.

El problema de la información sobre la RSC es que no tenemos claro de qué se trata de informar y para qué. Me parece que ya comenté en una entrada anterior que me llamó la atención una entrada en un blog que decía algo así como: ahora ya tenemos la información… ¿qué vamos a hacer con ella? Es lo que suele ocurrir cuando uno no tiene claro para qué quiere dar o recibir la información: tendemos a decir o a pedir todo lo que se nos ocurre, y luego ya veremos qué hacemos con todo esto.

El problema es que, así planteada, la información será difícilmente útil o aplicable a todos los interesados y, además, cara de obtener y difícil de manejar. Leí una vez una explicación del concepto de rendimientos decrecientes, que me gustó. Te regalan una habitación grande, llena de pistachos. A ti te vuelven loco los pistachos, de modo que aceptas encantado. Solo te ponen una condición: no debes sacar de la habitación las cáscaras vacías. La productividad de la primera hora es altísima, al borde del empacho de pistachos. Dentro de una semana, te pasas horas y horas rebuscando entre cáscaras vacías un pistacho lleno. Y mucho antes de que haya agotado los pistachos, dejarás de buscar. Pues algo parecido pasa con la información sobre la RSC: entre cientos de datos, te cuesta mucho sacar algo en claro sobre la RSC de la empresa.

El primer problema radica en que no tenemos claro para quién se prepara la información. ¿Para los directivos de la empresa? Ya conté alguna vez lo que escuché a un par de autores de un paper en una conferencia internacional en ESSEC, cerca de París: los directivos de un gran banco, con clara orientación de responsabilidad social, no se leían los informes de RSC: «son cosa de relaciones públicas», decían. Si la información es para la toma de decisiones, la que ahora preparamos no sirve.

Bueno, pues digamos que la información debe ir dirigida a los stakeholders. Bien, pero, ¿a cuáles? ¿A los inversores, a los empleados, a los clientes, a los proveedores…? Porque cada uno de ellos necesita una información distinta, y esa información no es la misma para todos: lo que quieren saber los empleados de fábrica no coincide, probablemente, con lo que solicitan los de oficinas. Y, para que sea útil, esa información debe ser «a medida». No, por tanto, un largo informe publicado on line o en papel, ni siquiera un capítulo de ese informe. Porque, además, el informe se elabora de acuerdo con criterios establecidos desde fuera -la Global Reporting Iniciative (GRI), por ejemplo-, lo que significa que ya no es a medida… Al final, probablemente llegamos a la conclusión de que la información la piden las onegés, los analistas, los académicos, los medios de comunicación… que con mucho de buena voluntad pueden considerarse stakeholders, pero que me parece que no tienen demasiado derecho ni a pedirla, ni a discutirla -y que me perdonen mis colegas que, como yo, viven de esa información.

Pero, ¿para qué queremos esa información? Ya vimos que debía ser para dirigir bien, pero para eso no sirve -o sí que sirve, pero se trata de «otra» información. Si la piden los grupos de interès, debe ser para el diálogo con ellos, ¿no? Pero esto cambia la naturaleza de la información. Primero, puede convertirse en un arma arrojadiza: unos piden la información para pelearse con la empresa (aunque no es esto lo que esperamos de los stakeholders, claro) y otras la dan, o la niegan, o la manipulan, para estar en mejor posición que la otra parte. ¡Ah!, y no olvidemos al departamento jurídico de la empresa, que se opondrá frontalmente a dar según qué información, porque puede ser utilizada contra la empresa, por los mismos grupos de interés, por los jueces, por los competidores… Y esa información que tratamos de ocultar o manipular es, precisamente, la que más interesa en el diálogo, porque es el punto de arranque de la negociación: vale, reconocemos que contaminamos demasiado, pero tenemos pocos recursos para reducir la contaminación, de modo que… a ver si llegamos a un acuerdo sobre lo que podemos hacer este año, porque, además, las ventas están cayendo, nuestra deuda es ya elevado, los trabajadores tienen sus reivindicaciones… Así es la vida, me parece.

Perdón por el lío que he introducido en todo esto, pero me parece que tenemos agujeros gordos en el tema de la información sobre la RSC. Tenemos exceso de información material: claro, es lo que pedimos y es lo más fácil de contar (y de manipular). Pero no tenemos información, o es parcial, o dista mucho de ser contrastada, sobre las estrategias de la empresa en RSC -y es probable que la dirección de la empresa no tenga demasiado interés en explicitarlas, porque forman parte de la estrategia de su negocio o, al menos, eso es lo que les pedimos. Y la RSC no significa lo mismo para todos, ni para todas las empresas, ni para todos los stakeholders, ni a lo largo del tiempo…

¿Quiere esto decir que debemos abandonar la información de la RSC? ¡No, por favor! Pero, al menos, reconozcamos que tenemos aquí un problema, o un montón de problemas. Recuerdo que participé hace años en un comité dedicado a estudiar por qué la inflación en Cataluña era más alta, sistemáticamente, que en el resto de España. Reunimos mucha información, con la colaboración de todos los interesados, pero a la hora de elaborar el informe los sindicatos (UGT y CCOO) impusieron la condición de que no se debía hablar de costes laborales. Ya me dirá el lector cómo puede hablar de aumento de precios sin mencionar el aumento del principal componente de los precios… Bueno, pues lo mismo con la información sobre RSC: si no queremos discutir los temas de fondo, seguiremos gastando saliva, papel y horas, con resultados siempre insatisfactorios.

Los Comentarios de la Cátedra son breves artículos que desarrollan, sin grandes pretensiones académicas, algún tema de interés y actualidad sobre Responsabilidad Social de las Empresas.  

3 thoughts on “Informar sobre la Responsabilidad Social

  1. Excelente artículo como siempre, este es un grave problema del que nos queda mucho por hacer, lamentablemente, esperemos que las futuras generaciones no estén tan afectadas como a los que nos ha tocado vivir esto. Le seguimos desde https://www.lacestitadelbebe.es

    Siga con este gran trabajo!

    Saludos del equipo!

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