Continúo aquí comentando un trabajo de Michael Porter, George Serafeim y Mark Kramer, que explican por qué los aspectos sociales y medioambientales de las acciones de las empresas deben formar parte de su estrategia. Lo hacen a partir de su modelo de creación de valor añadido: su tesis es que los aspectos ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) tienen un impacto directo sobre los resultados económicos de la empresa, además del impacto, también directo, sobre los resultados de RSC, sostenibilidad o medioambiente.
La idea es que la empresa debe tener en cuenta, por ejemplo, los factores medioambientales desde la perspectiva del negocio, no solo desde una perspectiva social. No hay dos objetivos, social y monetario, sino uno solo, con varias vertientes.
Desde el punto de vista de la materialidad de esos impactos, Porter y sus asociados explican que inicialmente se trataba de identificar los riesgos en que incurría la empresa cuando no tenía en cuenta sus impactos, por ejemplo, sobre el medio ambiente o el cambio climático, pero no consideraba que esos impactos fuesen también oportunidades futuras para la diferenciación competitiva, el crecimiento y la rentabilidad del negocio. Porque la consideración de los impactos sociales abre nuevas vías para una estrategia diferente, que expansiona mercados, diferencia productos, potencia recursos humanos o mejora el entorno local en que se mueve la empresa.
Nuestros autores muestran también cómo esto se traduce en “otro” propósito de la organización. Un propósito genérico no crea valor social ni económico; un propósito específico, que tenga en cuenta las peculiaridades de la empresa, de sus mercados, de sus proveedores y clientes y de sus financiadores tiene la capacidad de crear, a la vez, valor económico, social y de sostenibilidad. “Un propósito social que sea verdaderamente estratégico debe crear o reforzar la proposición única de valor de la empresa y su posicionamiento competitivo”.
El contenido del artículo que comentamos dará lugar a nuevas entradas en este blog.
cccc
cd
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Increible descubrimiento, Argan
Muy interesante el enfoque que le das a esto
Es muy impresionante
Sublime
Yo te conozco
Sin lugar a dudas es muy importante esa sostenibilidad y estrategia. Muy interesantes esta serie de artículos.
Muy parecido a otro comentario
Me encanta como tu articulo abarca temas tan importantes, los cuales le puede servir a tanta gente para que vea lo que esta haciendo mal, y de esta forma como mejorarse a si mismo y por consecuente, a las demas personas con las cuales se relaciona. Aparte de ayudar a que las empresas crezcan y puedan llegar a su maximo potencial influyendo en la vida de todos sus empleados. Pd: te pareces al viejo de la pelicula Up de Disney
Muy buen articulo. Felicitaciones.
Gracias por el aporte, este tipo de articulos permiten entender aquello que enrealidad aporta al valor de la empresas.
Claro que si rey
Me resultó una perspectiva interesentante.
Somos primos
Sin lugar a dudas es muy importante esa sostenibilidad y estrategia. Muy interesantes esta serie de artículos.
De nuevo, profesor, las propiedades numéricas de la materia, la que estudia la física, nos ofrecen un fenómeno poco conocido pero básico para proponer y evaluar indicadores. No son los anti-electrones (positrones) de antimateria, sino los llamados huecos electrónicos, tan normales como los electrones pero al final, indican la ausencia de ellos (los electrones). Han sido la base de los transistores pero se entendieron mejor, antes de los semiconductores, gracias a la inventiva humana que descubrió los antiguos tubos electrónicos. Permitieron “crear” energía sincronizada (tubos laser p.ej.) desde la materia como base (por supuesto seleccionada) para manipular a voluntad grandes “toneladas” de energía a partir de señales micro: tren rápido p.ej. Esos huecos, profesor, se “esconderían” si no fuera por esos indicadores numéricos que ya mencioné. Pero los números de que hablo: magnitudes, en mi publicación Nº 70 del IEFLP; ya se conocen y yo los propongo en mi libro de la constante para las instituciones y directivos. Esos huecos son los que actualmente no se saben reconocer y mucho menos, medir
Gracias por el aporte Javier, buen punto.
Coincido