Ya he dicho algunas veces que la labor del Director de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o de Sostenibilidad, o como se le llame, tiene que estar muy volcada hacia el resto de la empresa. El o ella puede hacer pocas cosas, porque no tiene especiales atribuciones operativas, fuera de su propio Departamento o División. De modo que tiene que apoyarse en los demás directivos, los que en el título de esta entrada llamo los «otros». Por eso es importante cómo se relaciona con ellos.
Lo primero que necesita es autoridad. Si depende de Marketing, o de Comunicación, o de Dirección de Personas, ya se ve que no le harán mucho caso. Por eso, tiene que luchar por una posición arriba: formando parte del Comité de Dirección (si no, nadie se creerá que a la empresa le vaya a importar mucho la RSC), dependiendo directamente del de «arriba», y con acceso «desde arriba» a los demás directivos. Y digo que tiene que luchar por eso, porque quizás no se lo reconozcan, de entrada. Pero es importante. Y, como corolario, debe tener presupuesto: si no, no pinta nada. Con perdón.
Luego ha de tener cosas concretas que hacer con los diversos directivos: si solo habla con el de «arriba», no irá muy lejos. Debe saber qué les preocupa a esos directivos, y qué tiene que ver eso con la RSC. Por ejemplo, los derechos de los trabajadores son tema del de Personal, no del de RSC, pero interesan a este último porque difícilmente puede decirse que la empresa es socialmente responsable si no tiene una política de conciliación, otra de formación, otra de envejecimiento (hablaremos de esto otro día, porque, claro, la gente ve pasar el tiempo en la empresa, y esto no es ajeno ni al empleado, ni a la empresa, ni a los demás), otra de comunicación… Y todo eso son temas para hablar con el de Personal.
Y con el de fábrica hablará de medio ambiente, de seguridad (también tema de Personal, pero que no por ello es ajeno al de RSC), del impacto de la tecnología… Y así con todos.
De alguna manera, el Director de RSC debe estar presente en todas partes, si efectivamente se cree aquello de que la RSC es la responsabilidad de la empresa por sus impactos en la sociedad. ¡Ahí es nada! Debe, pues, hablar con todos, preferentemente desde una posición de humildad. Debe hacerles notar que él puede ayudar a que la RSC esté presente en cada oficina y actividad. Que para ello necesita hablar con cada uno, enterarse de sus problemas, de sus dificultades, de sus prioridades… «Oye, que estas responsabilidad son tuyas, no de RSC; que eres tú quien tiene que sacarlas adelante, pero yo te puede ayudar, porque me conozco la estrategia como si la hubiese hecho yo (!), y podré ayudarte a encontrar aquello que necesitas…». Y, al mismo tiempo, «oye, que yo también te necesito a ti; porque, si luego las emisiones de gases son excesivas, o el sindicato se enfada, esto lo tengo que poner en la Memoria de RSC, de modo que debo ver venir los problemas que, claro, tú conoces mejor…».
O sea, una mezcla de consejero, de Pepito Grillo (pero, cuando encuentre algo que no va, hablando claramente con el interesado, antes de ir al despacho del de «arriba» a poner el grito en el cielo), de amigo, de sombra siempre presente pero silenciosa… Bueno, pero para ver cómo se hace esto, esperaremos a otro día.
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Estimado profesor: en Cibernética: lógica de la vida, Polo declara: “La inteligencia se mueve, por así decirlo, entre el ser y el no-ser. Por eso se controla a sí misma: es susceptible de hábitos…”. Antes ha dicho: “el problema del control se hace muy acuciante cuando se trata de las potencias más altas…”. Y además, que: “En sus niveles más altos la forma es capaz de seleccionar fines, que respecto de aquel fin que la ha constituido como potencia, son medios. La psicología y la ética de Aristóteles están basadas en esto…”. Lo que confirma después así: “el problema del control se hace muy acuciante cuando se trata de las potencias más altas […]. La realimentación más alta para Aristóteles es lo que llama hábito—hexis—, cuyo análogo en el nivel sensible son los sentimientos […] los hábitos aseguran los estados de equilibrio evitando la degradación de la actividad. Así pues, los hábitos son estados de la libertad. De acuerdo con este enfoque, la libertad comparece por encima de la eficiencia como poder sobre la probabilidad”.
Creo que así se explica, claramente, la necesidad de que el directivo de RSC posea las virtudes en grado suficiente. Que es mi tesis.