Abuelos e identidad familiar

«De la estabilidad de dos depende la felicidad de muchos«. Así acaba el artículo que publicamos en La Vanguardia con Maruja Moragas el 9 de febrero como reconocimiento a la gran labor de los abuelos tantas veces callada y no reconocida. Os invito a leerlo. También os animo a leer una respuesta al mismo de Mercedes Pàniker en formato de Carta de los Lectores del mismo periódico bajo el título «Qué lujo ser abuela».

Dirijo estas lineas a Nuria Chinchilla, una de las autoras del artículo «Abuelos e identidad familiar» (9/II/2010). Permítame que complete sus reflexiones como abuela de ocho nietos. La abuela es generalmente quien ejerce el papel formal. Fue mi madre la que cuidaba de mis hijos cuando tenía que viajar por trabajo. Es la abuela la que ejerce de madre en ausencia de los padres. La responsabilidad de la abuela es deliciosa: cuidar, dar afecto, mimo, ternura y no educar. Las abuelas amamos sin fronteras, sin preocupaciones de futuro.
El presente lo gozamos y lo sufrimos, pero desde lejos, sin la preocupación de tomar decisiones. Ser abuela es un privilegio. Muestras afecto, sin opinión, sin consejo, sin críticas, sencillamente amor sin condiciones, por ser los hijos de tus hijos. Siento que la abuelalgia es una preciosa institución. Se ama sin porqué, con total libertad, sin juzgar, y al mismo tiempo se recibe información de la nueva generación, sin juicios, aceptado las costumbres, las crisis de adolescencia, la inocencia de la infancia. Es entrar en un mundo desconocido guiada por un amor incondicional. ¿No le parece un privilegio?
MERCEDES PÀNIKER

¿Deben los abuelos educar? La polémica está servida.

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10 Comentarios

  1. Buenas tardes Nuria.
    Un artículo bellísimo y la aportación de Mercedes también es muy hermosa.
    Mis padres, el pasado lunes celebraron sus 40 años de matrimonio. Nosotros le mandamos un centro de flores con el siguiente mensaje: «muchas gracias por estos 40 años que os habéis regalado el uno al otro y compartirlos con nosotros».
    Realmente, la relación de mis padres ha sido un regalo para nosotros. Nuestros hijos les adoran y les respetan y nos dan la lata por estar un rato más, una noche más un día más en casa de los abuelos. Sienten una gran admiración por sus abuelos y saben que con ellos están protegidos de nuestras regañinas del día a día.
    Yo siempre he dicho que he tenido el gran privilegio de conocer y convivir con mis cuatro abuelos y con dos tías abuelas viudas que no tenían hijos.

  2. También tengo la gran fortuna de contar con la inmensa ayuda de mis padres en la educación de mis hijos y cuanta razón tiene la Sra Pàniker en que ellos les pueden aportar muchisimo desde una perspectiva del amor incondicional…que gran suerte tenemos los que nuestros padres celebran 44 años de convivencia en común y como lo aprecían sus nietos, la vida nos da muchas vueltas, pero tener una raíz a la que puedes acudir en cualquier situación da una ventaja muy grande, que por desgracia mucha gente desconoce.
    Gracias por todo y por ese reconocimeinto público a los mayores

  3. Buenos días!
    completamente de acuerdo….sin los abuelos yo estaría perdida. Les agradezco profundamente que se vuelquen tanto conmigo y los niños. Trabajar y ser mamá es muy complicado, sin esa ayuda sería todavía más.
    Es un trabajo de amor incondicional que no se puede pagar…y respecto a la posible polémica…..daría para un auténtico debate.

    un abrazo

  4. Qué bonito y qué real es todo lo que contáis. Gracias por recordanóslo. Les debemos tanto por darnos su amor sin límites, sabiduría y serenidad

  5. Honor a nuestros abuelos. Suerte tiene nuestra sociedad de contar con ellos. Ellos además de hacer de canguro seguro, bueno, iiiiiii….»barato»… aman, educan, enseñan el amor a Dios y a los demás. Hoy, el futuro lo diseñan nuestros muy estimados abuelos. Merecen veneración, honor y gloria.

  6. Querida Yaya: Hace ya dos años que no puedo sentir tus abrazos, acurrucarme en tu regazo, aprender de tus consejos y sentirme reconfortada por ti en mis momentos dificiles. Tengo a mamá, a papá, a nuestra niña (tu bisnieta mayor) y a tu nieto político favorito, que me mima como nadie, pero tu no estás.
    ¿Deben educar los abuelos? No lo sé. Pero la generosidad de tu amor, y la forma en que me has transmitido educación, valores y convicciones, han sido mi faro y lo serán el resto de mi vida. En el cielo sigues velando por mi. TE QUIERO!!!!!

  7. Nuria,
    Como siempre decirte gracias, por tu artículo, por la respuesta de Mercé, por recordar a los abuelos y abuelas. Han sido tan importantes en mi vida y los echo tanto de menos, que me hubiese encantado que mis hijos pudieran disfrutar de ellos.

    Siempre pienso en ellos y cuando tengo uná situación difícil, les pido que me ayuden desde el cielo.

  8. Elena Álvarez

    Querida Nuria,
    Realmente, el amor entre los abuelos y de éstos a los nietos es un auténtico tesoro. Por cierto, precisamente hace unos días fue tu madre quien, con ocasión de felicitarla por el excelente artículo de su nieta – tu hija- sobre el silencio, nos ofreció brillándole los ojos -en realidad son ojazos- un entrañable y emocionante testimonio de esta realidad.
    Nosotras también tuvimos/tenemos – porque ahí están, cuidándonos desde el Cielo- esa fortuna. Con el «plus» de disfrutar de una tía abuela soltera, en realidad una «tercera abuela», y lo de «tercera» no atendiendo a criterios de afecto.
    Sin embargo, hay ciertos aspectos que comentáis Maruja y tú en vuestro artículo de La Vanguardia que, faltando a la costumbre, no acabamos de compartir: lamentablemente, los lazos de sangre no siempre garantizan lo que debería desencadenarse de ellos; y, viceversa, existen lazos no sanguíneos que tejen una inquebrantable red afectiva.
    En relación a lo que comenta Mercedes Pàniker, sobre que los abuelos no tienen el cometido de educar… desde nuestro punto de vista, y respondiendo a la gallega por lo que nos toca, pues… depende… sí y no. No, si ello se traduce en que los padres deleguen en los abuelos el derecho/deber que tienen sobre la educación de sus hijos; pero un SÍ con mayúsculas a que ejerzan también de educadores y no de meros «canguros» consentidores.
    Besos a las tres hermosas Nurias,
    Cristina y Elena

  9. Siento la necesidad de gritar al mundo entero que Gran Hombre es mi padre!!!
    No solo me ayuda en la educacion de mis hijos sino que es ejemplo a seguir como hombre y como abuelo, tiene infinidad de amigos y sus nietos le adoran, buscan en él consejo, sabiduría, cariño diversion, sabe darles lo que a cada uno necesita en el momento aportuno y cuento con él siempre, será porque ha tenido 10 hijos. Papá te quiero!

  10. me enncanto pero que lastima qese atan`poquito pero que bueno chau les dejo mis saludos

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