Índice I-WIL 2018 de liderazgo femenino
Ayer por la mañana, en la sede del ISEM (UNAV) en Madrid, mi amiga y colega Esther Jiménez (profesora del IESE y decana de Educación en la UIC) y yo presentamos a los medios el Índice I-WIL 2018 de Liderazgo femenino, con el patrocinio de Cellnex Telecom y de la Fundación Fabre. Es uno de los estudios que estamos realizando desde la Cátedra Mujer y Liderazgo del IESE, y que impulsa con el objetivo de evaluar el liderazgo de la mujer en diferentes países del mundo. Su finalidad es aportar indicadores y propuestas que contribuyan a dar visibilidad al talento femenino y su aportación a la empresa, así como promover una sociedad más flexible y humana en lo referente a sus horarios, estructuras y políticas, de modo que se facilite la conciliación de la vida laboral, familiar y personal de los ciudadanos. Aquí tenéis un resumen de los datos. Y podéis ver la repercusión que está teniendo en algunos medios, como El País, La Vanguardia, La Vanguardia.com, Informaria, Observatorio, Mujer emprendedora, Diario Siglo XXI, Servimedia, El Economista.
El Índice I-WIL se basa en indicadores que inciden en la trayectoria profesional y el liderazgo de las mujeres a partir de cuatro dimensiones: liderazgo personal, liderazgo político, liderazgo empresarial y liderazgo social.
España ocupa la octava posición en el índice, entre 34 países de la OCDE, comparando la situación actual (2018) con la que existía en 2006.
Los países nórdicos son el referente en liderazgo femenino e igualdad de oportunidades para las mujeres; frente a Turquía, Japón y Corea del Sur, que se sitúan como los países con menor liderazgo femenino y menor igualdad de oportunidades. España avanza un puesto desde 2006.
Un dato muy interesante es que España ocupa el número 2 en liderazgo personal -solo detrás de Portugal-, entendido como la capacidad de las mujeres de estudiar, más allá de lo que es obligatorio, y/o de emprender, ya sea creando sus propias empresas o desarrollando y registrando patentes.
En el liderazgo político ocupamos el puesto número 7. En promedio, la presencia de mujeres diputadas en los 34 países de los que consta el índice se ha incrementado en 6 puntos desde 2006, gracias sobre todo al efecto de las cuotas impuestas por los propios partidos políticos en sus listas de candidatos o por las legislaciones impulsadas para conseguir parlamentos más paritarios. Indudablemente, aquí ha ayudado la aplicación del sistema de cuotas, que se ha aplicado introduciendo determinado número de mujeres en las listas de los partidos políticos.
Sin embargo, suspendemos en liderazgo empresarial, mientras que los países con mayor liderazgo empresarial femenino en 2018 fueron Noruega (1), Suecia (2) e Irlanda (3), que tienen un porcentaje de mujeres en los Consejos de Administración superior a la media del índice, bajas tasas de trabajo parcial involuntario y de paro femenino, así como una población activa más equilibrada entre hombres y mujeres. El estudio constata el estancamiento global en el número de mujeres managers, que apenas ha crecido una décima en la última década (del 4,4% en 2006 al 4,5% en 2018) y el persistente desequilibrio entre hombres y mujeres. Desafortunadamente, en esta dimensión, España se sitúa entre los últimos puestos del ránking, ocupando el número 25.
También suspendemos en liderazgo social: se han analizado el apoyo que reciben las mujeres y el impacto de las barreras que encuentran para integrar su vida personal, familiar, y laboral, utilizando indicadores como la edad a la que tienen su primer hijo, la duración de la baja de maternidad y paternidad, o la tasa de escolarización de los niños de 3 a 5 años. Los países con mayor liderazgo social en 2018 según el índice I-WIL son Israel (1), Reino Unido (2) y Francia (3), mientras que España se queda con el puesto 29.
Estar en los puestos más bajos de liderazgo empresarial está totalmente relacionado con no haber repensado la empresa cuando entra la mujer en el mercado laboral, con no haber integrado maternidad y paternidad de un modo armónico en el día a día de las empresas. Las ayudas que se esperaban por parte de las empresas, el Estado, las Comunidades Autónomas… no están llegando. No así en Francia, donde -por ejemplo- la importante ayuda que reciben las familias permite que la tasa de fertilidad se mantenga en 2 hijos.
Las posiciones de los diferentes países se han ido moviendo en la medida en que se han ido aprobando leyes que promocionan el avance de la mujer, En España, la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres se consideró en su momento una ley muy potente, aunque desde entonces no hemos subido más que una posición.
Con esta primera edición del Índice I-WIL esperamos ir avanzando en los temas relevantes para el liderazgo femenino en España y en los demás países de la OCDE.
Interesantisimo estudio. Suspendemos demasiado, pero la igualdad tiene un avance imparable. El informe sobre la estructura de la Carrera Judicial del Consejo General del Poder Judicial señala que de los 5.637 jueces y magistrados en activo en España en el 2017, 2.540 son hombres -el 47,3 % y 2.827 mujeres -el 52,7 %.
El legislador empieza a llevar «falda». Un «activo» para favorecer el desarrollo de la igualdad en diversos ámbitos.
Felicidades Nuria y Esther ! Vuestro libro , «integrar la vida»
esta hecho para practicarla.
Mil gracias
M Eugenia
Muy interesante el articulo
Esta claro que estamos a muchos años de los países nórdicos en muchas cosas, esta es otra más.
Lo que me sorprende es el puesto de Japón
Gracias, M. Eugenia. No hay vuelta atrás!
En cuanto a Japón, es un país donde no hay servicio doméstico y eso impide conciliar trabajo y familia y el avance de la mujer en las empresas, entre otras cosas.
¡Adelante! Son cifras que estimulan para planterase retos