Sin la Biblia no se entiende
Mientras espero el avión que tomaré ahora rumbo a Valladolid, he encontrado en la contraportada de La Vanguardia de hoy esta entrevista que me ha parecido excelente y que hoy quiero compartir con vosotros.
Gianfranco Ravasi, ministro de cultura del Vaticano.
Tengo 67 años. Nací en un pueblo de Lombardia y vivo en el Vaticano. Soy presidente del Pontificio Consejo de Cultura. Soy célibe. ¿Política? En el Vaticano no tenemos partidos. Dios es amor y es luz. ¿Haití? Dios decide participar de la imperfección de lo creado, esta ahí.
«Sin la Bilblia no se entiende a Voltaire, Nietzshe y Marx»
¿Con crucifijos o sin crucifijos en las aulas?
El crucifijo es un signo de identidad cultural, un símbolo de la cultura que bebemos. ¿Por qué ocultarlo? [Leer entrevista completa]
No se puede leer la entrevista.
La cita no es de Spinoza sino de François Rabelais (S. XVI): «Sapience n’entre point en âme malivole, et science sans conscience n’est que ruine de l’âme».
Cita del libro Pantagruel, olvidaba.
Magnífico !! Qué persona tan sabia e inteligente Monseñor Ravasi. Por su biografía, cultura, políglota y después de leer esta entrevista tan compleja a la que él le da un estupendo giro con respuestas concretas, acertadas y a veces hasta sencillas, parece un hombre cercano, accesible y liberal. Deja al entrevistador desarmado. Creo que sería muy bueno como futuro Papa. Gracias Nuria.
Gracias Nuria por permitirme compartir esta estupenda entrevista. ¡qué fantástico tener una vida interior que te permita dar respuestas tan concretas y abiertas! Y sin perder la paz… envidiable.
Gracias
Gracias por compartirla.
Una entrevista muy interesante.
Como también lo es empezar a dialogar mas sobre espiritualidad y menos sobre religión. En nombre de esta última los seres humanos se vienen matando unos a otros, producto de mentes carentes de apertura, del dogma y el fanatismo.
Al principio Monseñor Ravasi comenta que nuestra «última identidad es cristiana».
Les aclaro que no soy políglota ni cuento con su trayectoria, pero observo que el gran problema que hoy divide a la humanidad son las etiquetas e «identidades»; soy cristiano, musulmán, hindú, budista. Amo mi bandera porque soy inglés, ruso o chino. Cuando en realidad lo que prima es un pensamiento sagrado y elevado en que somos parte de La Divinidad, que somos hermanos, nos pertenecemos, que somos parte de la misma familia humana y que existe un solo Creador. Luego si uno se identifica con tal o cuál religión, esos son solo símbolos y costumbres.
El amor, la Luz y la Fe son comunes a todas las religiones. No existe un amor que sea budista, ni una Luz que sea cristiana.
Llego el momento en que todas las religiones se unan, respeten y apoyen. Dejemos de lado las identidades y unirnos en celebración y servicio.
Armonía en la diversidad…