Confesiones de un sicario económico
Aún con la resaca del éxito de la selección española ganando con esfuerzo y honestidad el Mundial de fútbol 2010, y mientras nuestra hija está en Ecuador haciendo laboral social a través de brigadas médicas junto con algunos de sus compañeros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, me llega este durísimo vídeo sobre la visión y experiencias de un sicario económico. Se basa en una autobiografía escrita por John Perkins y publicada en 2004. En ella relata la historia de su carrera con una firma de consultoría y cómo llegó a convertirse en un sicario económico al ofrecer créditos internacionales para pagar deuda pública y sobornar a los gobernantes. Un extremo al que se puede llegar cuando el único objetivo es la maximización del beneficio a corto plazo y a costa de lo que sea necesario.
Hoy me llamó mi amiga Joyce de Ecuador para felicitarnos por el éxito de la selección. Estaba impresionada por la manifestación popular y el entusiasmo de la gente y deseaba que todo ello nos aportara la ilusión y confianza que necesitamos, los ciudadanos de a pie, para seguir adelante.
Recientemente estuve en Ecuador y tuve ocasión de conocer los problemas locales, los de las comunidades indígenas, su interés y esfuerzo por la defensa del entorno y del medio ambiente.
Creo que la educación es uno de los factores esenciales para evitar los males que relata el video, además de las prácticas éticas por parte de los dirigentes y directivos.
Un ejemplo alucinante de como la falta de ética y moral nos ha llevado hasta donde estamos.
Gracias por difundir este vídeo!
Por desgracia, nada nuevo bajo el sol. La especulación, los resultados a corto, el dinero facil, gobiernos (de todos los colores, no lo olvidemos) primando los pelotazos y encima permitiéndose dar lecciones de nueva economia a paises como Alemania, Francia y el Reino Unido, las agencias de rating (todavia ninguna de ellas ha sido juzgada…), bancos de inversión falseando balances y asesorando paises de opereta..
Lo peor de todo es que no tenemos (ni queremos) tener memória histórica y superar nuestras debilidades. Lo siento, creo poco en la ética de la especie humana. Parece que todos tenemos un precio. Solamente falta encontrar la cifra.