Salir fortalecidos de cada crisis
Son muchas las crisis con las que nos vamos a enfrentar a lo largo de la vida: económicas, sociales, familiares, personales, espirituales, … Valga recordar el origen etimológico de la palabra crisis para llegar a su doble acepción. La palabra llegó a nosotros a partir del latín crisis, y ésta, del griego krisis. El vocablo griego se derivó del verbo krinein ‘separar’, ‘juzgar’, ‘decidir’, que también está en el origen de palabras como ‘criticar’ y ‘criterio’, entre otras. Todo lo que ‘se separa’ o ‘se rompe’ nos invita a analizar los porqués, a diagnosticar las causas para entender mejor lo que pasó y, por tanto, es una oportunidad de aprendizaje, de mejora y de crecimiento.
Al igual que los huesos crecen con la división de los osteoblastos, todo crecimiento en lo humano conlleva algún tipo de sufrimiento y frustración.
Ayer me llegó un video que me gusta poder compartir con vosotros, dado que se trata de una vida con muchas dificultades, que podían haber abocado en un tirar la toalla en más de una ocasión.
Sin embargo, se trata de una historia de constante superación personal, que Carlota va llenando de sentido y de servicio a los demás a cada instante.
¿Quién no ha pasado por dificultades o tiene penas en el alma? Pero qué privilegiados somos en la medida en que sabemos ponerlas en su verdadera dimensión y las aprovechamos para crecer en libertad y capacidad de amar.
Video: [Carlota, por Javier Figuero. 6 min.]
Impresionante la vida de Carlota. Ojalá todos tengamos sólo un poco de su fuerza y sepamos pasar las dificultades para crecer, y sobretodo, con mucho amor hacia los demás. Creo que es importante olvidarse de uno mismo y dedicarse a los demás.
Esta crisis va a poner en su sitio, o al menos , va a olbligarnos a parar y pensar a todos.
Sí, esta es una época que nos brinda «una oportunidad de aprendizaje, de mejora y de crecimiento», en la que será necesario, como siempre, además tener Fe.
Qué bonita la historia de Carlota, es evidente que no lo ha tenido fácil pero que linda sonrisa tenía siempre en su cara.
Yo, con dos hijas, a veces voy de cráneo con los baños y paseos… qué ridículo parece ahora después del ejemplo tan tan bonito que me ha dado Carlota.
Como siempre voy a compartir este post con mis amigas… claro que seguramente ya lo habrán visto porque muchas se han suscrito ya 😉
Nuria, aunque no participe te leo siempre.
No creo que ese fuese el motivo de este artículo, pero te aseguro que sirve muy mucho para valorar lo importante, y para darnos cuenta de la suerte que en general tenemos.
Mi rendida admiración para Carlota por su fuerza de superación.
Ni que decir tiene el alcance del gran esfuerzo mostrado por esta madre de familia. Mis palabras no son suficientes para describir la magnitud de tal grado de superación. En cualquier caso, quisiera compartir dos cuestiones que comenta Nuria.
La primera es cuando menciona «todo crecimiento en lo humano conlleva algún tipo de sufrimiento y frustración», pues bien, es ahí donde reside el verdadero punto de partida del crecimiento personal, ya que como le ha ocurrido a Carlota, el ser humano se desestructura totalmente hasta el punto de no reconocerse a si mismo. Cuando tomamos consciencia de dicha situación de desestructuración, es cuando comenzamos el camino hacia un nuevo nivel de crecimiento transpersonal que permite superar la situación que experimenta Carlota en su vida diaria.
La segunda es cuando se refiere a «penas en el alma». Y digo ALMA en mayúsculas ya que Carlota ha tenido que experimentar una desestructuración en repetida ocasiones, y que le ha llevado a conectar con su alma más profunda para encontrar el camino de la felicidad como así lo muestra el vídeo compartiendo su vida con sus hijos. En el momento que alineamos nuestro camino del alma dejando que ésta se exprese a través de nuestra personalidad (Carlota demuestra una gran personalidad), estaremos poniendo los cimientos para afrontar en el futuro momentos de crisis personales.
Historias como esta nos hacen recordar lo importante de la vida.
Gracias! Nuria por compartirla.
Este testimonio de Carlota me ha puesto los pelos de punta… Visto así, con las hijas ya mayorcitas, el trabajo, la independencia, la movilidad a pesar de la silla de ruedas… parece que cualquiera podría superar semejante cadena de dificultades! Cualquiera podría, efectivamente…cualquiera con fe. Sin fe, ¿cómo creer que cuando nos ocurren las desgracias Dios te envía las fuerzas para la lucha, si confiamos en Él?
Sin fe, ¿Cómo resistir las largas noches de soledad, los largos días sentada junto a la incubadora? Sin fe, ¿cómo creer que, a pesar de la desgarradora y prematura separación, el ser amado que nos ha dejado sigue amándonos y velando por nosotros?
Quisiera desde aquí agradecer a Carlota su testimonio de fe y, naturalmente, su fuerza… Carlota, qué bonito nombre, qué extraordinaria fuerza (¿lo dará el nombre…? Tengo yo una hija, también llamada Carlota que, aunque pequeña todavía, muestra una personalidad arrolladora…) Un abrazo desde Israel.
es la primera vez que entro en esta web y te quiero felicitar por este testimonio, siempre nos estamos quejando de nuestros problemas y cuando los analizas friamente te das cuenta de lo poco importantes que son, normalmente materialistas. Cuando ves el testimonio de personas como Carlota te das cuenta de lo que es realmente importante en esta vida, el amor a los demás y la fe, con esas dos cosas eres capaz de alcanzar la felicidad.
Muchas gracias por el testimonio.
El salir o no fortalecidos de una crisis es, en gran medida, algo que depende del carácter personal, pero sobretodo una actitud que nace de la voluntad.
Es cierto que hay situaciones en la que es de tal grado el maltrato psicológico sufrido que realmente hasta tu propia voluntad está hecha pedazos y te puede llevar años volver a reconstruirla para comenzar de nuevo a desear, a tener ilusiones, a confiar.
Situaciones en las que has visto que ese proyecto en el que habías trabajado toda tu vida y que creías tener sobre cimientos sólidos. Proyectos en el que los costes emocionales y de esfuerzo personal eran altísimos, pero que era algo en lo que creías y no te importaba tirar hacia delante contra viento y marea.
Situaciones en las que tus creencias, tus valores, tus amigos, tu familia, tu pareja… realmente pierden todo el sentido que tenía para ti…. Realmente estas situaciones llegan a anular tu voluntad, a no desear nada, a no esperar nada, a no creer nada.
Sin embargo, como dice el refrán: “no hay mal que cien años dure”. Y una vez que has tocado suelo, al menos nace la esperanza de que más no puedes caer, por lo que todo lo que queda es comenzar a remontar.
Es un proceso lento y no carente de nuevas espinas que te harán sangrar de nuevo. Pero esas mismas gotitas de sangre se convierten en la muestra de que estás viva y tienes que seguir viviendo. Nadie te va a proteger de un nuevo sufrimiento. Pero estás preparada para ello y eres consciente de que el sufrimiento es parte de la vida, como lo es la alegría. Una parte esencial que en los animales quizás no tenga mayor trascendencia, pero que en el hombre es parte esencial para ser cada vez más humano, más sensible, más cercano.
Ya sabes Nuria, que mi vida no ha sido fácil. Y ahora, en el sexto mes de embarazo me mandan reposo absoluto porque mi bebé no está creciendo. Justo la misma semana que tenía que firmar un contrato de coaching profesional después de seis meses de estancia en Madrid sin actividad profesional. Esta mañana mi cabeza me decía que me sentía inútil en la cama sin poder hacer nada productivo. Pero dime Nuria ¿qué hay más productivo que colaborar activamente en el crecimiento de mi hijo? Yo no entiendo los caminos del Señor, pero como dice Carlota, lo realmente triste es que no seas consciente o que te niegues a creer que las cosas ocurren para algo.
Creo, que tras muchos años en una crisis personal fuerte, me siento más fuerte que nunca.
Sí, las cosas suceden por algo y para algo. Siempre sales refortalecido de todo y la capacidad de superación es inmensa si quieres vivir. Entiendo a Carlota al 100% porque he pasado por experiencias muy fuertes a nivel personal, que van desde sufrir tumores, a perder un hijo, un accidente muy grave, comas, un trasplante a vida o muerte, una posterior operación derivada del trasplante…y me siento como Carlota. Y veo su sonrisa y me veo a mí. Me gusta Carlota y que sea tan fuerte. Su fuerza será fundamental para sus hijas y para ella. Me alegra muchísimo conocer a una persona así. Es bonito ver que aún quedan fuerzas para vivir. Yo, cuando empecé a tener tantas experiencias tan duras desde jovencita, me preguntaba el por qué. Ahora entiendo algo más (aunque la muerte de mi hijo no la entiendo por mucho que lo intente), porque todo esto me ha hecho muy fuerte y muy sensible y en esta vida se ha de ser muy sensible y muy buena persona. Yo estoy viva porque otra persona murió y me dio su hígado. Esto es muy duro para mí y pienso en ello continuamente. Mi vida ahora va dirigida a ayudar a todas las buenas personas que me necesiten. Me encanta saber que hay personas buenas como Carlota, porque estoy segura que después de todo esto, es mejor persona y es esto lo que necesitamos en este mundo. Un beso para ti Nuria y para Carlota.
Carlota, me he sentido absolutamente identificada contigo. Yo tengo tus años, tres hijos,-eso si, los míos varones- y fui monitora de la YMCA en la misma época que tu……. PERO me diferencio por estar felizmente casada, disfrutar de dos «hermosas» (lo digo por el tamaño con el que nunca he esta conforme) piernas que me sostiene y por no haber dado a luz ningún hijo no viable.
Carlota, GRACIAS por compartir tu intimidad y por ayudarnos a aprender a quienes nos olvidamos de nuestra enorme SUERTE que tenemos y que tenemos a que poner al servicio de los demás. GRACIAS DE CORAZÓN.
Nuria: Mil gracias por tu blog con tantas noticias interesantes y hoy especialmente la historia de Carlota que es verdaderamente impresionante. La hare llegar a mis amistades y a mis alumnos pues este tipo de testimonios son los que hay que sacar cada vez mas a la luz pues a todos nos ayudan y motivan sacando lo mejor que llevamos dentro y viendo lo mucho bueno que tenemos.
Ayer en Misa, durante la homilía, el sacerdote pronunció estas palabras: «Aquella fortaleza que da la serena alegría de saberse en el camino de Dios…». Inmediatamente me vino la imagen de tu luminosa y sonriente cara, Carlota.
MUCHAS GRACIAS, así, con mayúsculas, por tu testimonio; y a ti, Nuria, por hacérnoslo llegar.
Gracias por esta lección de vida.
Qué maravilloso ser así, qué ejemplo y qué ganas de salir a la calle y sonreir a la vida, que es lo mejor que hay. Lo único malo de la vida, como dice el abuelo de la cocacola, es que nos va a parecer demasiado corta. Y más si la vivimos tan intensamente como Carlota.
Un beso fuerte para Carlota y otro para ti Núria.
Enhorabuena, Carlota. Sólo alguien que tiene todo lo que tú tienes es capaz de dar tanto a los demás. Muchas gracias por ello; también a ti, Nuria.
Como leí hace unos días, si «Educar es seducir por encantamiento y ejemplaridad», tú, con naturalidad, sin proponértelo, ¡qué gran lección nos das!. Y es que, al hilo de la intervención anterior, eres la chispa de la vida!!. Besos para las dos.
Es la primera vez que entro en tu blog y me ha sobrecogido el testimonio de Carlota. He visto el video cinco veces y cada una de ellas se me ha puesto la carne de gallina. Gracias a las dos por brindarnos la posibilidad de conocer esta impresionante historia.
¡Espectacular! Llena de luz y de verdad, sobretodo de autenticidad. ¡Felicidades a Carlota y a su familia por vivenciar este ejemplo de Amor!