Mujeres menos felices: ¿una paradoja?
Diversos estudios muestran cómo la felicidad en las mujeres de hoy es menor que la de las mujeres en décadas pasadas, a pesar de haber conseguido mucho más de lo que habían imaginado. ¿Cómo se explica esta paradoja?
Os adjunto un artículo sobre un estudio de la Wharton School en la Universidad de Pensilvania, que ayuda a pensar en los posibles motivos, así como el testimonio de una mujer que seguro da voz a una gran mayoría.
Una vez más, vuelve el tema de la conciliación de la vida laboral y familiar [Ver artículo del profesor Paco Gay], así como el problema del individualismo y la dificultad de ser madre en una sociedad no pensada para integrar la maternidad ni la paternidad.
A propósito de la felicidad de las mujeres:
“Pero, por lo menos, progresistas y conservadoras podrían estar de acuerdo en dos cosas: una, que es preciso esforzarse para que sea más fácil conciliar el trabajo y la atención a la familia, lo cual es fuente de frustración para muchas mujeres; y otra, que el declive de la familia con padre y madre reduce la satisfacción vital de las mujeres que se ven obligadas a educar a sus hijos en solitario” Douthat en Chinchilla 29 de junio.
De acuerdo, ¿en qué?
Y los hombres ¿son menos felices que hace 35 años? En la inmensísima mayoria de los casos solo las mujeres han cambiado, sus brazos y cabezas se han multiplicado y eso cansa. Que alguna School o Instituto pregunte a los hombres. De entrada parece que siguen tan contentos; la dificultad de trabajar y atender a la familia debería ser fuente de frustración para ambos sexos y si ya lo es –casi que no acabo de creérmelo- mostrarse.
Lo del declive de la familia con padre y madre, pues ¿que vamos a hacer?. Si la mujer elige, ser madre y padre: a lo hecho, pecho y si ello reduce su satisfacción vital, habrá que buscar pareja.
Si hiciéramos un estudio sobre la felicidad de los niños en el tiempo, seguramente nos proporcionaría claves de lectura para entender los motivos de los resultados del estudio de Wharton. La felicidad de una mujer está directamente vinculada a la de sus hijos. Os animo a leer el Study of Early Child Care and Youth Development del National Institute of Child Health and Human Development de los EEUU. Es el estudio el más importante en el mundo que se hizo sobre el efecto de las guarderías en los niños. Una de las conclusiones es que a mayor numero de horas en guardería antes de los 3 años, mayor problemas de comportamientos (ej. arrogancia, falta de respeto por la autoridad, etc.). ¿Os suena esto? En el estudio americano, la media de horas de guardería antes de los 3 años es de 20 horas a la semana… En España, habría que triplicar las horas.
Mi punto de vista es que el protagonista de la conciliación, no es la mujer, sino el niño. Cuando conseguimos cambiar este enfoque, nos será mucho más fácil pedir para más derechos, porque será para otro, no para nosotras. Entonces no podrán negárnoslo.
NO CREO QUE SEAMOS MENOS FELICES, TAL VEZ HAYAMOS OLVIDADO LA VIDA TAN DURA QUE TUVIERON NUESTRAS ABUELAS. LAS TAREAS DEL HOGAR SE HACÍAN SIN AYUDA DE LOS NUEVOS AVANCES (COMO LA LAVADORA) Y LA SUMISIÓN AL MARIDO ERA TOTAL SIN POSIBILIDAD DE SEPARESE AUNQUE LA RELACIÓN FUESE NEFASTA POR FALTA DE INDEPENDENCIA ECONÓMICA. ADEMÁS LA FALTA DE CONTROL DE LA NATALIDAD HA SIDO UN TEMA QUE HA ESCLAVIZADO A LAS MUJERES A LO LARGO DE LA HISTORIA.
DEBEMOS ALEGRARNOS DE PODER VIVIR EL MOMENTO ACTUAL AUNQUE TODAVÍA NOS QUEDEN MUCHAS COSAS POR MEJORAR.
¡Bien Lola! Sin el «bloq mayús» se hubiera entendido igual. Pero así lo gritas y a veces hace falta.
Yo tambiérn soy de las contentas.
Qué clarificador resulta el artículo de Paco Gay para centrar el tema – y es que, como dice un proverbio chino, no es necesario elevar la voz cuando se tiene la razón -:
«(…) y que no concilian las empresas, sino las personas y esto sí es muy importante, se requieren personas que tengan clara su finalidad en la vida. Que sepan enunciar con coherencia su proyecto vital como personas, proyecto en el que lo profesiobnal es una parte y no un único todo».
Si esto no se entiende, tampoco se entenderá que cuanto más se avance o pretenda avanzarse en el desarrollo de la vida laboral – protagonizado tanto por mujeres como por hombres -, más debe preocuparnos que se adopten las medidas necesarias que permitan conciliar dicho desarrollo con la vida familiar ( la ampliación, a partir del 1 de Enero de 2011, del permiso de paternidad a cuatro semanas, en vez de los quince días actuales, es un buen ejemplo de ello).
Lo contrario sería un craso error que conduciría a renunciar a la legítima aspiración consistente no ya en estar contento, sino en ser felices. Gracias, Nuria.
La conciliación profesional no llegará hasta que no llegue la igualdad en el ámbito doméstico. Todavía el cuidado de los hijos y las tareas domésticas siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres. Por desgracia, a las mujeres se las sigue alabando por su capacidad de sacrificio, entrega, «discrección» y dedicación a los demás y a los hombres por sus éxitos externos, aunque abandonen sus responsabilidades familiares. Esto tiene que cambiar y hemos de reconocer que todavía vivimos en una sociedad tremendamente machista. Los hombres deben entrar en la «ética del cuidado» y las mujeres aumentar en ambición y perder el miedo a figurar.
Viendo la vida que llevaron mi madre y mi abuela, creo que yo soy más feliz que ellas, es cierto que todavía no soy madre. Probablemente cuando lo sea me afectará la fustración de no llegar a todo, que creo que es la raíz de la infelicidad que comentamos. Mientras haya muchos que entiendan que la conciliación es que las mujeres salgan a las 17 para poner la lavadora, no vamos bien.
Muchas gracias Núria por tu trabajo.