Vida y Maternidad
Después de la impresionante manifestación del pasado sábado llena de alegría, vida y esperanza a favor de la vida y de la maternidad, me llega un vídeo «monísimo» sobre la maternidad animal captado por National Geographics y que me gusta compartir con vosotros. Hasta los leopardos se encariñan con las crías de otra especie!! También os invito a leer un artículo de Alejandro Llano, antiguo rector de la Universidad de Navarra, que intuye un cambio de actitud de la sociedad civil tras la manifestación y otro artículo, de mi colega Eduardo Martínez-Abascal sobre el paralelismo entre la esclavitud y el aborto. Además, os añado otro vídeo en el que un peque en pañales mimetiza lo que ve hacer a otros humanos.
«La manifestación por la vida del 17-O: el comienzo de una resistencia activa, organizada y constante»
Artículo de Alejandro Llano / catedrático de filosofía de la universidad de navarra / la gaceta de los negocios /viernes 16 de octubre de 2009
La manifestación del sábado por la tarde contra la nueva ley del aborto ha de considerarse como un comienzo y no como un final. Debe ser el inicio de una etapa en la que la ciudadanía española demuestre su capacidad de iniciativa respecto a los ataques del Gobierno socialista a nuestra conciencia moral. Por variados motivos, nos hemos convertido en un país resignado y paciente, dispuesto a soportar casi todo… pero no todo. Y esta vez se han pasado. Han cruzado el límite. Y han llegado al punto en el que es preciso pararles los pies.
Uno de los signos positivos de nuestro actual panorama social es la agudización de la responsabilidad cívica, tan adormecida hasta hace poco. La crisis económica y la incompetencia política para afrontarla han dado el pistoletazo de salida. Pero, sobre todo, han levantado la veda de nuestra capacidad de enjuiciamiento y de respuesta explícita. Si Zapatero -puesto a echar balones fuera- ha llegado a decir que el calentamiento global es más grave que la crisis, somos muchos los que consideramos que los continuos atentados contra la vida naciente son notablemente más inquietantes que el problema ecológico. Porque no se está atentando contra algo externo, sino contra nosotros mismos.
El aborto implica un suicidio social. Lo que domina en el afán de suprimir las barreras jurídicas para la liquidación de la vida emergente no es el instinto de placer: es el instinto de muerte. Freud vio clara la cercanía del principio tanático a la búsqueda sistemática de la satisfacción corporal. El enlace entre eros y thánatos es el narcisismo: el egocentrismo como motivación central.
La conciencia ética de la ciudadanía posee unos contornos invulnerables que acaban por comparecer. Esta vez, nuestros gobernantes han intentado manipular el buen juicio de la gente. Lo que estamos padeciendo es una gran maniobra de ocultación, con la que tratan de golpear nuestras mentes hasta que penetre en ellas la verdad oficial de que lo negro es blanco. Se presenta la desprotección de las vidas inocentes como seguridad jurídica para las madres (sin añadir que se está protegiendo celosamente el negocio privado de la industria abortiva). No hacen más que aludir a los países de nuestro entorno, sin considerar los diferentes sistemas jurídicos que existen en cada uno de ellos. Y, en cualquier caso, nadie está obligado a imitar el mal por muy extendido que se encuentre. El mimetismo no es un buen camino.
No se ha revelado la anomalía española, destacada recientemente por el informe de Miró i Ardèvol: el 66% del incremento de los abortos que se produce en Europa se concentra en España. Lo cual, por supuesto, no se va a frenar con la escalada de permisivismo que traerá la nueva ley. Tampoco se ha dicho que la única regulación jurídica que ha conseguido una disminución de abortos ha sido la polaca, muy semejante a la que actualmente se incumple clamorosamente en España. Ya se sabe, por lo demás, que la píldora del día después no detiene esta patología social, sino que más bien la exacerba porque fomenta la promiscuidad.
El trasfondo ideológico del proyecto de ley queda además reforzado con las recomendaciones sobre la educación sexual en las escuelas. Reaparece la obsesión socialista por sexualizar a los niños y niñas desde su misma infancia, como si no fuera patente la anarquía que en este campo existe ya entre nosotros. El problema no es enseñarles lo que, por procedimientos más expeditivos, casi todos conocen. Tampoco se trata de divulgar más aún los medios anticonceptivos. El nudo de la cuestión es de índole ética y educativa. Si, de intento, se desmoraliza a las nuevas generaciones, no cabe esperar de ellas un comportamiento sano y sensato. No estamos ante un problema biológico, sino ante un tema hondamente moral.
La manifestación multitudinaria es un reflejo de resistencia ciudadana. Pero la clave estriba en que se trate de una resistencia activa, organizada y constante. Nos estamos jugando nuestra propia dignidad como pueblo. Ha llegado el momento de decir, con temple radicalmente democrático: hasta aquí hemos llegado.
Infinitas gracias, una vez más. ¡Por la vida!
Me ha encantado el artículo de Eduardo Martínez Abascal. Más claro imposible. Gracias por estas maravillosas lecturas que nos envías.
Suficiente con ver la película «Bella» de Eduardo Verástegui, para concebir de un modo claro y sencillo el sentido de la vida.
Me ha encantado, como siempre TODO: los vídeos y los artículos de tus compañeros. En el caso de tu colega Eduardo, merece la pena ver algunos de los comentarios que hace la gente en el pié del mismo artículo para entender que estamos en la época del relativismo, donde cualquier opinión vale aunque no tenga fundamento, con caer un poco en el morbo y en la demagogia, ya vale.
Qué magnífico el video animal. Es precioso !!! Me ha emocionado cómo la sensibilidad animal puede superar la humana. Y nosotros matando niños !! Los artículos estupendos. Hay que continuar haciendo presión social, toda la que se pueda, desde todos los frentes. Ganando batallas se gana la guerra. Y estos políticos caerán. Muchas gracias Nuria. Un abrazo.
Si al final aquel castigo del génesis donde somos expulsados del paraíso es casi lo mejor que nos ha podido suceder.
El otro día ví una noticia en la que decía que el ser humano, a lo largo de la evolución hemos ido perdiendo mucha de nuestras facultades físicas. Las grandes marcas de salto, atletismo o natación serían ridículas si tuviéramos que competir con cualquier antepasado nuestro que careciese de cualquier tipo de entrenamiento deportivo específico. La especialista a la que se consultaba, defendía nuestras carencias actuales justificándolo con que hoy día no tenemos que salir huyendo de nuestros depredadores y el hombre ha ido desarrollando otras facultades.
Es cierto, parece que hemos dedicado más tiempo a pensar, a plantearnos de donde venimos y hacia donde vamos, a plantearnos asuntos tan profundos como el sentido de nuestra existencias, los misterios del amor, el contenido del alma…
Hemos ido ascendiendo en la pirámide de Maslow y ahora se supone que nuestras aspiraciones son más elevadas…
Sin embargo, no sé muy bien cómo , o sí lo se, o creo que lo sé, el caso es que alguien está tan preocupado porque no suframos que cada vez nos cortan más la capacidad de sentir. Es decir, no quieren que sintamos ni lo bueno ni lo malo, y para conseguir esto también pretenden pensar por nosotros. Siento que me tratan como si la materia gris que se supone que todos tenemos en el cerebro, fuera exclusiva de nuestros políticos.
Nos quitan las super hamburguesas para que no engorden nuestros hijos, la sal en los restaurantes para evitar la hipertensión, y ahora nos dicen que lo que crece en nuestro útero es un ser vivo, no un ser humano¿¿¿?????
Ayer vi un documental precioso sobre la lucha por la supervivencia de los niños prematuros, de los esfuerzos médicos, técnicos y sobretodos los del propio niño y sus padres. Estos médicos que llevan tantos años dedicados a luchar por la vida de estos niños afirman y pueden demostrar la hipersensibilidad de los niños en esta etapa de sus vidas. Niños que se estremecen con el ruído y se tranquilizan cuando están en el pecho de sus madres… bebés que con tan solo 23 semanas de gestación salían perfectamente adelante, un 20% con muchas complicaciones pero superables la mayoría de ellas y solo un 10% con dificultades más serias que muchas madres llevan con valentía y dignidad y con menos angustias que aquellos que la miran desde fuera y se compadecen por esa madre y por la cruz que le ha caído.
Desde fuera te dicen lo desgraciada que es una madre con un hijo enfermo para luego decirte la madre que su hijo es el mayor regalo que le ha dado la vida.
De verdad que en ocasiones pienso si es que estamos rodeados de muertos vivientes, anestesiados, impasibles, indolentes, pero no por propia voluntad, sino porque se dejan hacer, se dejan pensar, se dejan sentir.
Estamos dirigidos por la política del edonismo: no queremos que sufras, no queremos que pienses… por lo tanto son consecuentes, como la vida lleva inherente el sufrimiento, no queremos que nazcas.
Un abrazo Nuria y muchas gracias una vez más por darnos la oportunidad de podernos expresar en un grupo en el que lloramos y reímos y si nos hacen una herida descubrimos que hay sangre bajo nuestra piel.
Es muy claro el mensaje de Alejandro Llano, la raiz del problema en el menosprecio a la vida humana aún no nacida, radica en el fuerte materialismo y egoísmo que fomentan nuestros gobernantes, ofreciendo y enseñando a nuestros jóvenes que lo pueden hacer todo sin responsabilizarse de sus actos: promiscuidad, homosexualidad, abortos, divorcios….
hacia donde quieren dirigir España? No será una sociedad más enfermiza y vieja?? Pienso que hay que pararlo y colaborar en asociaciones provida.
Gracias Núria por las informaciones que nos das y los vídeos tan estupendos.
Felicidades y gracias por todo
Realmente es increíble, se relativiza todo, incluso el acabar con una vida humana. Y lo más fuerte es que no se atreven a llamar las cosas por su nombre e intentan convencernos de que es un «derecho». ¿Es un derecho decidir sobre la vida o la muerte (sí, muerte y no interrupción….) de otro? Lo que más me preocupa es que es un mensaje que cala en la gente, con especial intensidad sobre algunos jóvenes.
Suficiente con ver la película “Bella” de Eduardo Verástegui, para concebir de un modo claro y sencillo el sentido de la vida.