Activos de Gran Experiencia (AGE)
Volviendo de Madrid donde he impartido el Programa de Competencias Directivas, encuentro este artículo en el que me reconozco como AGE. El autor propone una serie de medidas concretas para aplicar la flexibilidad al tema de las pensiones, a fin de dar un marco de libertad de elección más equitativo para las personas y más competitivo para las empresas en su interés por retener el mejor talento. Se trata de gestionar la edad en la empresa. ¡Ya me diréis qué os parece!
Los países económicamente avanzados y demográficamente evolucionados, a los que España se ha sumado con gran celeridad en el último cuarto del siglo XX, se enfrentan hoy con la necesidad de gestionar todos los aspectos relacionados con la edad… [leer el artículo completo]
Gracias, Nuria, por obligarnos a reflexionar sobre este tema, pues si bien es cierto que nuestro país necesita cada vez más las aportaciones de los «Activos de Gran Experiencia», también lo es que el sistema que tenemos montado actualmente (del cual el tema de las pensiones es sólo una parte) seca las «ganas» de estos AGE por seguir formando parte de la clase activa, cuando no les expulsa directamente de ella.
Impecable artículo Nuria. Gracias por la elección !!
Tengo un marido de 53 años con 25 de trayectoria profesional en la misma multinacional, la cual ha sufrido avatares diversos a lo largo de este cuarto de siglo !! pero con buenos resultados porque está bien gestionada.
El, es un AGE, mayor ? por tener 53 años ? Los jóvenes recurren a su consejo con frecuencia, mayores también, y ha ocupado diversas posiciones.
Participa activamente en proyectos nacionales e internacionales, y dice ser feliz, aunque de vez en cuando pega cuatro voces y da un porrazo en la mesa….es el carácter o la experiencia no sé. Pero le escuchan y toman nota, mente rápida la suya, capaz a su «edad» de hacer 10 cosas a la vez, ufff…
Cómo prescindir de un AGE así ? Y de este perfil y talento hay muchos !! razón tiene el Profesor Arrieta.
Muy bueno este artículo. La discriminación por edad (tanto hacía los jóvenes a quién pocas responsabilidades se les da, como a los mayores buscando trabajo a partir de los 50 años) que existe en España en el mundo laboral nunca ha dejado de llamar mi atención. Nadie caduca profesionalmente a los 50 años, ni a los 65 años.
Seria bueno hacer un estudio comparativo con otros países. En los EEUU, por ejemplo, se ve como algo normal empezar «otra carrera» (arquitectura, medicina, etc.) a los 40 años. Los programas de grados de las universidades americanas están llenos de gente que empiezan otra carrera con 40 años y toda la ilusión del mundo! Y estas personas encuentran trabajo cuando acaban porque se les ve como personas inquietas y versátiles.
Creo que el cambio empieza desde el trabajador, más que desde el management de las empresas. Nos tendríamos que preguntar porque pocos tiene una visión positiva del trabajo, que es un medio de realización personal, de contribución hacía la sociedad. En las estadísticas, España es el único país que reporta el síndrome «post-vacacional» a la vuelta al trabajo. Es un indicador muy interesante…
Buen artíulo. Nuestra empresa tiene varios AGE. Gracias a su experiencia hemos podido especializarnos y estar bien posicionados y creo que muy bien considerados . Hay muchos trabajos que requieren experiencia y buen hacer que se adquieren con años de trabajo , amor al oficio y sintonía con la empresa.
Buenos días Nuria, te sigo debiendo una llamada, pero ya casi que hablamos en Barcelona.
Hace unos días hablando con una amiga de la conciliación vida familiar, personal y profesional… yo le decía que hoy no puedo trabajar 40 ó 50 horas semanales atada a una empresa porque mi familia y mis circunstancias personales me lo impiden. Pero que quiero estar en el mercado y si puede ser cerca de la élite mejor. Y si puedo hacer una sola cosa, pero mejor que nadie… con eso me conformo. Mi momento profesional llegará para cuando tenga entre 45 y 50 años… quizás más cerca de los 50.
Ella se reía y me decía que si estaba loca. NO. Solo que durante este tiempo yo no puedo dejar de trabajar en oportunidades que me salgan relacionadas con aquello que se hacer bien, incluso mejor que otros muchos que están en el día a día del mercado laboral. Que en este tiempo no puedo dejar de formarme con los mejores. Que en este tiempo no puedo permanecer simplemente en el anonimato y bien sabe Dios que hago todo lo posible para buscar aquello que me permita conciliar todo lo que llevo entre manos. Pero mi momento laboral llegará a mis 50. Seré una mujer libre. Libre de las ataduras que impone la educación de unos hijos que son bebés y sin remordimientos de si debería estar yo con ellos y no la chica que he contratado (que a mi me ha pasado y se que otras mujeres lo viven distinto y muy bien por ellas). Libre de las ataduras que imponen la enfermedad de dos niños que cuando pasen 10-15 años más, ellos serán más autónomos para cuidar de ellos mismos y hacerse responsables de su día a día, aunque siga siendo sobretodo madre. Libre para pensar y opinar con la claridad y la sensatez que te da la experiencia. Libre para mantener una relación madura con mi pareja a pesar de las exigencias del trabajo que te puede hacer viajar o estar más ocupada en casa en un momento dado.
Con ese potencial, ¿qué es lo que más puedes aportar? experiencia a los que comienzan sus carreras profesionales, formación, orientación…
Me ha gustado mucho el artículo. Aunque en mi caso el AGE lo iré adquiriendo de una manera muy particular, me niego a ir cumpliendo años si aportar algo de valor personal a esa sigla de 3 letras.
Un abrazo.
Que suerte tenemos que nos das puntos sobre los que reflexionar, Nuria.
Buen artículo el de los AGE, pero me preocupan más cosas para que nuestras empresas sigan creciendo y que tienen que ver con la integración, el sentido de grupo y el contrato emocional: si sabemos gestionar estos ámbitos, puede que en un futuro tengamos buenos AGE -que han aprendido y crecido en la empresa y la «sienten» como suya- que quieren continuar con su (otra) labor en la empresa (a pesar de tener ya la edad «legal» de jubilación, y que son capaces de crear vínculos y dar apoyos a las nuevas generaciones que van llegando a nuestras compañías (Mentoring? o crear sinergias generacionales desde el compromiso mutuo empresa(organización)-trabajadores(personas); ¿sabemos, pues, vincular a nuestros colaboradores a nuestro modelo y proyecto, hasta que lo sienten como propio? (atrae->ilusiona-> vincula->integra-> filediza-> compromete->comparte su proyecto(profesional)/comparte su proyecto(personal)).
Mil saludos.
Estimada Nuria:
Yo también me reconozco como AGE (59 años y “prejubilado” hace dos meses, tras 35 años en el mismo grupo empresarial)
El artículo me parece muy bueno, y las medidas concretas que propone también.
Creo que el cambio del papel de los AGE en la sociedad está por venir. Se intuye que hay una nueva etapa en la vida (para simplificar de los 60 a los 80, aunque con tendencia a aumentar su duración de forma progresiva) en la que una parte muy relevante de la población deberá realizar algún tipo de actividad socialmente productiva, ya que es impensable que con una vida media de unos 85 años, la etapa productiva se limite al periodo comprendido entre los 28 y los 58 años.
Pero lo cierto es que en la actualidad ni la sociedad en general, ni los afectados en particular, ni las empresas, ni las administraciones tienen, tenemos, claro el papel económico y social que se debe jugar en esta etapa de la vida.
Es cierto que la sociedad considera que los “prejubilados” en buenas condiciones económicas (con ingresos equivalentes o superiores a la pensión máxima garantizados hasta al menos la jubilación efectiva) son, somos, unos triunfadores, pero no es menos cierto que sólo una minoría de este grupo de triunfadores tiene la posibilidad efectiva de seguir realizando una actividad económica que exija la cotización a la seguridad social.
En mi opinión, el cambio debe empezar por la eliminación de todas las trabas legales a la compaginación de pensión de jubilación (en cualquiera de los regímenes) y actividad económica, y continuar con una incentivación fiscal efectiva (para que haya un reparto equitativo del valor añadido por esa actividad entre la sociedad y la persona que lo genera) y con el cambio de la actitud de la sociedad en general y de las empresas en particular, para que quien quiera, pueda y esté en condiciones de realizar una actividad socialmente productiva lo haga obteniendo un beneficio neto razonable.
Mi felicitación al autor del artículo y también a ti, Nuria, por extenderlo.
Javier Alcaide
Es bueno dar una visión positiva de la vida. Yo siempre les digo a las personas que al jubilarse me dicen que todo está hecho y que ya son mayores: ES UNA PENA. USTEDES VAN A PERDER 20 0 30 AÑOS DE VIDA. QUÉ PENA.!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Me siento identificado con los AGE, puesto que ya he rebasado este límite, e intento dar de mi todo lo que tengo, como ayuda a mi autoestima y como servicio a los demás. QUEDA MUCHO POR HACER a partir de los 60-65 años hasta los 90 o 100….Que el Señor nos bendiga. Josep
La jubilación es una invención reciente (de la Alemania de Bismark), y su institucionalización entre nosotros no ha sido suficientemente meditada. Empresas, gobiernos e instituciones deberían empezar a proclamar la edad de jubilación como una «edad mínima», sin más techo que la incapacidad física o mental, a partir de la cual se recibiría una «ayuda» a sumar a un plan de pensiones generado, y mantenido a nivel personal. Hay que animar y promover el deseo natural de la persona a seguir contribuyendo a la sociedad, y a sentirse vivo y útil. El trabajo es vida. El sistema debe permitir la simultaneidad del cobro de una pensión, con un trabajo remunerado continuado y contributivo, en impuestos y en pensiones. Con eso se acabarían todos los problemas en el horizonte del sistema de pensiones. Hemos convertido a la jubilación en una «sentencia de inutilidad» del individuo, y tanto la sociedad como el individuo aceptan el veredicto con resignación. Que esto suceda es perjudicial para todos. Que suceda a los 60-65 es simplemente ridículo. Liberar las fuerzas trabajadoras de nuestros mayores entre los 60 y los 80 años de edad será una gran inyección moral y económica a nuestras economías. En algunas industrias y actividades, la experiencia de los AGE es esencial, y su pérdida irreparable. Hay que dar a este tema un fuerte golpe de timón. Activar el potencial de los AGE, y darle visibilidad es una de las mayores contribuciones que podemos hacer a las maduras economías occidentales. No hay conflicto entre el empleo continuado de los mayores, y el acceso al empleo de los jóvenes. Uno va a complementar a otro. En el análisis final, nuestros mayores reemplazarán así el descenso de la natalidad, hasta que ese problema se enderece. Porque nuestra sociedad debe darse cuenta también de que el aborto es peor que un crimen: Es un grave error. Los AGE pueden liderar un período de transición, hasta que la sociedad mantenga con vida a los muchos no-natos ahora asesinados, cuyos restos son triturados tras un infame comercio de órganos. Enderezar la curva de natalidad, además de la moralidad de nuestros jóvenes, será la solución. Así, cuidar a los AGE es nuestra primera obligación.
Interesante tema de reflexión.
En nuestra compañía tenemos una especial preocupación por el Conocimiento, porque es la garantía de nuestro futuro. Y nos ocupamos (lo intentamos al menos) de ello desde dos planos diferentes pero vinculados: cómo asegurar que permanezca y cómo conseguir que se comparta.
Cuando alguien se «jubila» perdemos ambas cosas, como si nos sobrara.
Desde hace algún tiempo (no mucho, la verdad) intentamos no derrochar este enorme valor asignando el liderazgo de proyectos a personas que llegando a la edad de jubilación tienen el conocimiento y la experiencia sobrada para garantizar el éxito. Además lo trasladan al equipo que lideran, con una motivación y dedicación que supera con creces a las personas que desarrollan habitualmente esta actvidad compaginándola con su día a día.
Y también pretendemos que estas personas participen activamente formando a nuestros mandos intermedios en el proyecto de Universidad Corporativa que estamos poniendo en marcha. Serán lo mejores y los más motivados. Mantendremos el Conocimiento y conseguiremos compartirlo.
Por ello trabajamos, al menos.
muy interesante este artículo. la experiencia profesional acumulada por los «seniors» vale oro!!!, así que las empresas deben tenerlos muy en cuenta.
Como todos, un artículo interesantísimo por la labor que hay que desarrollar para conseguir que las personas sigan valorándose y aportando a la sociedad todo su conocimiento, toda su experiencia. Como digo, queda mucho, muchísimo por hacer. Empezando por cambiar el denominar «activo» a las personas como si de un bien inventariable se tratara. Las personas de cualquier edad somos, ante todo personas. ¿Se podría decir PGE personas de gran experiencia?.
De acuerdo con que esa acepción de «activo» como sinónimo de bien inventariable no es en absoluto adecuada para referirse a un persona, Regina, pero quizás sólo se trate del contrapunto al término «pasivo», en su sentido más literal, osea, personas en activo frente a personas ya en paro forzoso.
Puede que así sea, \activos\ frente a personas ya en paro forzoso y me alegro. Sucede que muchas veces se utilizan conceptos como: \está amortizado\, \capital social\ etc. asumidos por todos pero que, a mi modesto entender, situan a las personas al mismo nivel que una máquina que se amortiza o un dinero que se invierte en la empresa.
De verdad creo que el artículo ha hecho incapié en un asunto verdaderamente importante al que hay que buscar soluciones dignas por tratarse de personas activas aunque estén en el paro forzoso.