¿Economía de mercado o sociedad de mercado?
Hoy empieza un nuevo año, con nuevas ilusiones, nuevos proyectos y nuevos propósitos. Desde el convencimiento de que no habrá paz sin justicia social, os hago llegar esta reflexión sobre la excesiva mercantilización de la sociedad.
Hace años que se viene hablando de Economía social como contrapuesta a Economía de mercado, para ampliar el paradigma economicista que sólo busca resultados sin importar cómo se consigan.
Etimológicamente «economía» significa administración del hogar o del patrimonio, (la palabra viene del griego“οἶκος, oikos” que significa «casa», en el sentido amplio de patrimonio, y “νέμω, nemo” que significa «administrar»). De hecho, en el hogar se aprende a ser más humano, y la economía bien entendida tiene que ser social, ya que el sentido de la palabra se refiere al núcleo mismo de la sociedad que es la familia.
En este artículo el profesor de Política y Justicia en Harvard Michael J. Sandel utiliza el término «sociedad de mercado» para definir la sociedad actual y el riesgo de dejarse llevar en la toma de decisiones por un sólo criterio: el económico. En su libro “Lo que el dinero no puede comprar”, alerta de la mercantilización creciente de bienes como la ciudadanía (en algunos países como USA o España se puede comprar el visado “Golden”), la sanidad (no sólo se compra la atención médica sino que se puede pasar por delante en una lista de espera de donantes de órganos o comprar el seguro de vida de un enfermo), el medio ambiente (comprando emisiones contaminantes), las penas de cárcel (conseguir una celda mejor), o la seguridad ciudadana y espacios públicos (en algunos aeropuertos hay pases VIP con menos colas), etc. La creciente mercantilización de todo hace que crezcan las desigualdades que no necesariamente implican pobreza, pero sí erosionan el sentido de ciudadanía y de bien común, tan necesario para que una democracia funcione.
La economía ha llegado a dominar también la política, y los gobiernos se presentan débiles ante el poder de los mercados. En este sentido, actualmente hay una frustración creciente en las democracias de los países del mundo porque se debate sobre temas técnicos y no sobre los grandes valores morales o éticos. La desigualdad en el mundo es evidente, el 80 por ciento de la riqueza es detentada por el 20 por ciento de la población, y al revés. Esta desigualdad junto con la persistente pobreza mundial -que según la presidenta de Manos Unidas se podría evitar con una buena gestión pues tenemos suficientes recursos para alimentar a toda la población mundial-, son temas que tienen que entrar en el debate político y económico. Como explica el Papa Francisco en su ultima exhortación apostólica, Evangelii Gaudium (la alegría del Evangelio), la economía no puede convertirse en una economía de la exclusión. Es necesario abrir el debate del papel de los mercados por justicia y por el bien de todos y establecer qué áreas pertenecen y cuáles no pertenecen a los mercados.
¡Feliz y próspero año 2014 para todos!
Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones en IESE Business School.
¡ Feliz año 2014 Nuria !.
Sí, ese camino que señalas es el correcto, sin mirar para otro lado ante la injusticia.
Un abrazo.
Gran entrada para iniciar el año! Y esa buena gestión nos toca hacerla a cada uno de nosotros, en nuestro día a día. No hablamos solo de grandes acciones macroeconómicas! Un buen propósito para el 2014
Sobre el tema. Una poesía que aprendió mi madre en primaria allá por 1917 y que me enseñó junto a muchas otras
PERLAS Y AVELLANAS
CUENTO ORIENTAL.
Muley Hazem por el desierto cruza/rojas las nubes son, fuego la arena/y muerto de hambre y de fatiga el moro/junto a una palmera llega/Restos de alguna caravana errante/ que por allí pasó, loco contempla/y algo que alivie el torcedor del hambre/ busca y no encuentra/En torno gira los ardientes ojos/descubre un saco, rápido lo observa/y, creyéndolo lleno de avellanas/a desatarlo empieza/ -¡Alá es grande!- decía, y , cuando el fruto/que él esperaba, por el suelo rueda,/exclamó con dolor -¡No hay avellanas!-/ ¡sólo hay perlas!. Luis Rivera, maestro, murió en 1880.
Felicitaciones por este post. Dices que «la economía no puede convertirse en una economía de la exclusión», efectivamente la economía ha de ser inclusiva, de lo contrario se convierte en amenaza para las instituciones políticas; y si la economía llega a dominar la política, «y los gobiernos se presentan débiles ante el poder de los mercados a las que puede [y en algún caso debe] transformar», se cierra un círculo vicioso que termina por erosionar el sentido de ciudadanía y del bien común «tan necesario para que una democracia funcione». Feliz Año 2014 y muchos éxitos.
Nuria: por este economicismo hemos convertido muchas naciones con muchos bienes en común, en un gran Mercado