El ADN de Europa: claves históricas del mundo actual

 

Se dice que la Historia acaba poniendo a todo el mundo en su lugar. La verdad es que lo que me interesa no es demostrar esa afirmación popular (aunque cuando el río suena…), porque me falta la perspectiva del tiempo. Pero lo que sí parece demostrado o, al menos, aceptado, es que la Historia es maestra, nos da lecciones. Y por una u otra razón, no aprendemos. Como se recoge en La Declaración de París (que podéis consultar íntegra aquí):

«Europa, con todas sus riquezas y grandezas, está amenazada por una falsa comprensión de sí misma. Esta falsa Europa se imagina a sí misma como la culminación de nuestra civilización, pero en realidad quiere confiscar nuestro hogar. Recurre a exageraciones y distorsiones de las auténticas virtudes de Europa al tiempo que se mantiene ciega a sus propios vicios. Aceptando con complacencia caricaturas parciales de nuestra propia historia, esta falsa Europa sufre la hipoteca de un insuperable prejuicio contra el pasado (…). De este modo, la falsa Europa se felicita a sí misma como la precursora de una comunidad universal que no es ni universal ni comunidad.»

Ayer por la tarde presentamos en el campus de IESE  en Barcelona el libro «Genealogía de Occidente» (Pensódromo 21, Barcelona, 2017), de mi colega de claustro de la Universidad de Navarra Jaume Aurell, Santi para los amigos, y presidente del Instituto de Empresa y Humanismo con quien nos unen fuertes lazos desde sus inicios. Gracias a la colaboración del Centro Trabajo-Familia del IESE  con el Instituto han salido ya una serie de tesis interesantísimas aplicando el paradigma antropológico de nuestro querido Juan Antonio Pérez López,  quien fue profesor y decano del IESE y abrió un campo de investigación de gran calado iniciado con su tesis en Harvard sobre la aplicación de los sistemas cibernéticos al Management del siglo XX.

 

El libro tiene un subtítulo muy atractivo: Claves históricas del mundo actual. En tiempos tan convulsos, llenos de incertidumbre  y cambios acelerados, que dificultan una sana reflexión desde la distancia, se agradece que aparezca un libro con este empeño: descubrir el ADN de Occidente  y, por ende, de Europa, poniendo en valor aspectos políticos, sociales, económicos, culturales, artísticos e intelectuales de las múltiples elecciones del pasado que han dejado alguna huella en los valores del presente.
La razón implícita del libro es, según su autor, la de fomentar la autoestima de Europa, porque solo así podrá expandir con entusiasmo esos valores que son su patrimonio y que pueden contribuir a una mejora objetiva del mundo.
Nuestro Centro de investigación no puede estar más alineado con este objetivo. El triángulo de la sostenibilidad se construye sobre la persona que, siendo al mismo tiempo miembro de una familia, de una empresa y de la sociedad, decide con  racionalidad informada y por los motivos adecuados.
Escribía C.S. Lewis en “El gran divorcio” que la tortura del infierno consistiría en convertir los marcos mentales en fuente única de conocimiento, mientras la gran recompensa del cielo es la contemplación real de toda la realidad. A eso viene a ayudarnos esta obra contemplando el pasado con las gafas del presente

Este libro es un viaje delicioso para cualquier lector, y un medio necesario para adquirir esa racionalidad informada que nos permita redescubrir y fundamentar nuestra verdadera identidad para desde ahí seguir construyendo puentes necesarios hacia la unidad. (Podéis comprar el libro aquí).

Durante las diferentes intervenciones (Ricardo Martí Fluxá, presidente de Industria de Turbo Propulsores, ITP,  y  presidente del Patronato del Museo Reina Sofía; José Enrique Ruiz-Domènec, catedrático de historia Medieval de la UAB; Henry Odell, editor del libro)  y el posterior debate se puso de manifiesto la necesidad de una Historia que actúe de catalizador y conductor de esos valores esenciales de Europa, núcleo de Occidente. Valores universales una vez superado el relativismo… porque «nos iría mucho mejor en algunos debates actuales si nos orientáramos más hacia lo permanente, y no a lo cambiante…», si asumiéramos que «lo importante no son los sistemas, sino las personas«. «Europa no es el museo del mundo.  Apple vale millones de dólares…pero Europa y su genealogía valen millones en potencialidad…» Dijo Ruiz-Domènec que la época actual se parece a la segunda mitad del siglo XV (no olvidemos que se llamó Renacimiento), y añadió que «como en ese siglo, habrá sociedades que asimilarán los grandes avances, y otras, miopes, que se quedarán anquilosadas.» Puso de relieve el papel de los historiadores en la política, y recordó que Macron «acaba de recuperarlos como asesores, en lugar de economistas, que hacen de la política simple burocracia…»

Jaume Aurell, entre otras muchas ideas relevantes,  indicó que no estamos, en su opinión,  en una época postmoderna, tal y como la gran mayoría parece gustarle afirmar, sino en una época hipermoderna: las características de la modernidad no solo siguen presentes, sino exacerbadas.
Después de leer el libro, me quedo con el ánimo esperanzado: seamos esa sociedad con perspectiva enraizada en su pasado, donde se gestaron sus valores, reconozcamos nuestras potencialidades, y no dejemos de construir puentes para que los grandes ríos europeos no sean nunca más una frontera.

 

Con Jaume Aurell -el autor del libro-Henry Odell y José Enrique Ruiz-Domènec

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Un comentario

  1. Josi Hernansáez Gibert

    Las fronteras solo las pone el cristal con qué se mira.
    Felicidades Nuria y Santi Aurell.

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