África emprende en femenino
África está teniendo un crecimiento espectacular. Países como Nigeria, Gana, Kenia o Ruanda están creciendo por encima del 6%, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). (link a la noticia)
Las estadísticas más recientes del FMI y de la revista The Economist (link a la noticia) demuestran que, en lo que va de siglo, de las 10 economías que han registrado los índices de crecimiento más altos del mundo seis no están ni en Asia ni en América Latina, sino en África subsahariana.
En este reto de crecimiento las mujeres cumplen un papel muy importante. Son la columna vertebral de las familias y de las comunidades y son las que tienen la llave para desbloquear el potencial económico de la región. Como tan bien explica mi amigo Giovanni, asistente de investigación del IESE Africa’s Initiative (link), en su blog, Africa es el continente de las mujeres y también de los jóvenes menores de 25 años que son el 60% de la población africana.
Dos tercios de las africanas integran la población económicamente activa del continente, donde,según el Banco Mundial, la proporción de empresarias en relación a la población es mayor que en cualquier parte del mundo. Según el índice de Género de Emprendimiento y Desarrollo (GEDI, en sus siglas en inglés), Sudáfrica es el país con una mayor tasa de emprendedoras (44%), seguido de Botswana (36%), Nigeria (32%), Zambia (29%), Angola (26%), Ghana (25%) y Etiopía (21%).
Según el FMI, constituyen el 50% de los trabajadores por cuenta propia.
Las mujeres que no han recibido formación dirigen negocios modestos, (restauración, venta ambulante) mientras que las que sí han estudiado empiezan a ocupar puestos de rango en algunas empresas.
Chantal Epie, que ha trabajado en la educación de niñas nigerianas en colaboración con la Business School de Lagos (link), escuela hermana de IESE en Nigeria, sostiene que en la mayoría de países africanos la mujer es «más emprendedora que el hombre». «En Nigeria ocupan cada vez más cargos de responsabilidad en los consejos de dirección o en la administración», asegura. «La formación es la barrera más difícil de franquear, pero las que lo consiguen tienen más facilidad para escalar puestos». Una vez más, la clave es la educación.
Christiane Kadjo, tras años volcada en la enseñanza de la gestión comercial en Bancos, ahora trabaja en el área de formación femenina de la asociación Educación y Desarrollo (EDE, en sus siglas en francés) y considera que “el trabajo de la mujer es un factor de desarrollo esencial en los países africanos». Denuncia, sin embargo, las dificultades que encuentran a la hora de conseguir financiación para desarrollar sus proyectos:
«No se trata sólo de recibir un sueldo. La mujer también contribuye al crecimiento del país a través de la educación de sus hijos, que serán miembros activos de esta sociedad en un futuro próximo. Educar a una mujer es ayudar a construir una nación”.
Los participantes en Programas para directivos en el MDE, la escuela hermana de IESE en Costa de Marfil (link), han estado acabando su formación en el campus de IESE en Barcelona y recibiendo el diploma de graduación. La pasada semana los participantes del PMD (PDG) y esta semana los del AMP (PADE).
Entre ellos es grato ver que, gracias al trabajo de su decano, el gerundense Martin Frigola, hay un 30% de mujeres, y participantes de los más variados sectores: Banca, medios, Gobierno, automóviles, electricidad, seguros, servicios, petróleo, agroalimentario y textil, entre otros.
Es el cuarto año que los directivos costa marfileños nos alegran la vista con los vestidos que se han confeccionado expresamente para la ocasión. Impacta su afán de conocer y formarse, así como su orgullo de pertenencia a la Escuela MDE y su actitud siempre agradecida, amable y comprensiva con nuestros errores al impartir las sesiones en francés.
La novedad de este año es el seminario que impartimos sobre Consejos de Administración para sus Alumni. Esperanza creciente para África y para la mujer africana. ¡Adelante!
¡Fantástico! y muy alentador.
Gracias
Al igual que pasó en «occidente», en donde la revolución nacida a partir de la década de los sesenta tuvo un gran motor, que no fue otro que la revolución feminista, en África debería pasar lo mismo.
En Europa se dice, mitad en broma, mitad verdad, que nadie está más oprimida que una mujer homosexual negra del tercer mundo, en este caso, África. Sin tener en cuenta la orientación sexual, está claro que si África progresa será porque las mujeres africanas son capaces de romper sus cadenas. Y este progreso no vendrá tanto porque rompan sus cadenas, sino por todo lo que habrá alrededor y que permitirá que esas cadenas se rompan: cambios legislativos, cambios en la mentalidad (en la sociedad en general y en las propias mujeres), etc
Gran artículo.
Me parece genial, las mujeres son mayoría pero tienen muchas trabas, sobre todo en los países más pobres. Ojalá con ese crecimiento se logre una disminución de la pobreza.