Un mundo nuevo es posible
El Foro Económico Mundial de Davos en Suiza, clausurado el pasado día 25 de enero, ha tenido por tema este año: “Remodelando el mundo: consecuencias para la sociedad, la política y los negocios”. El objetivo ha sido desarrollar las iniciativas y acciones necesarias para responder a los desafíos emergentes.
El Papa Francisco ha sido el primer Pontífice que ha enviado un mensaje para los participantes del Foro Económico Mundial de Davos. Fue leído por el Cardenal Peter Tuckson, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz. Con él coincidí como conferenciante el pasado fin de semana en Oostende, Bélgica, en la V Semana Social Europea, que tenía como lema «Europa: la época de la responsabilidad«, presidida por Herman van Rompuy, Presidente del Consejo Europeo.
Van Rompuy animaba en su ponencia «Europa: ¡Juntos podemos hacer más!» a recuperar la responsabilidad y la solidaridad como los valores básicos de la UE y de los Estados Miembros. Instó a seguir arreglando las finanzas europeas como medio para hacer cosas grandes entre todos, continuando el proyecto de los padres fundadores de la Europa que conocemos hoy.
«Nuestro último objetivo con las nuevas políticas es crear empleo. Trabajamos con la mirada puesta en el largo plazo, siguiendo dos principios básicos:
1) Responsabilidad, cada uno de los Estados Miembros tiene que hacer sus deberes y poner su casa en orden, y
2) Solidaridad, hay un impuesto para los que no tienen más que la bancarrota ante ellos, porque no tienen crédito. Surge de los impuestos de los ciudadanos, esperando que esos fondos que se ponen a su disposición sean devueltos en unos años. Es solidaridad interpersonal e interregional.
Tan pronto como hemos asegurado la supervivencia de la zona euro, ya podemos volver a pensar en la estrategia a largo plazo.»
El cardenal Tuckson recordaba el reto de afrontar la construcción de Europa con un enfoque inclusivo de la dignidad de la persona humana y el bien común. «Tenemos una nueva vocación: hacer los bienes más accesibles a todos. Urge reconocer la responsabilidad de todos por todos y hacia los más vulnerables y débiles. Para ello se necesita un cambio de paradigma, pues la equidad es más importante que el crecimiento económico, y presupone una visión trascendente de la realidad. La solidaridad, la subsidiariedad y la re-conciliación, allí donde sea necesaria, son pilares fundamentales de esta actuación. La solidaridad social se plasma en la remuneración del trabajo y en el reparto de los bienes, sin olvidar la gran pobreza que constituye el aislamiento, la soledad de los mayores, que es ya epidemia en Europa. El empleo sostenible, el diálogo entre empresarios y trabajadores, y unas condiciones de vida decentes… Este modelo está en riesgo.»
El miedo de muchos genera una profunda y nociva inseguridad. Si trabajamos con la lógica de la gratuidad y la fraternidad reconocemos la humanidad de los otros y recuperaremos la confianza.
Un mundo nuevo es posible, pero está por construir y debe ser concebido a largo plazo, tendiendo puentes, y con ganas de unir y llegar a la Paz.
Claro que es posible. Nuria, así es. Y tu estás empeñada en levantar puentes, enviar luces, compartir experiencias, volver a lo esencial. Hay que cambiar la cultura del yo por la del nosotros, la del ganar mucho dinero por la del servir sin fronteras. La cultura del diálogo desde la realidad de lo que vale cada ser humano por el solo hecho de existir en un proyecto trascendente. Avanti Nuria… Necesitamos que hagas escuela de escuelas… Europa no puede envejecer triste, los ancianos no pueden abandonarse por inútiles, pero hay que cambiar la mirada. Tus gafas deben tener algún ingrediente de amor solidario. Bea
Bien Nuria. A seguir ampliando el área de influencia. «Habéis de tener un fuego que venga de dentro, que no se apague, que encienda todo lo que toque»