¿Quieres familia? ¡Algunos la alquilan!
¿Te hace falta un marido, un hermano, o una abuela? ¡En Japón puedes alquilarlos! Una empresa nipona llamada «Family Romance» ofrece este servicio que el director describe como «afecto humano expresado en forma de familia», como cuenta The New Yorker. Se trata de proporcionarte parientes de repuesto, cuando los tuyos han fallecido, o están lejos o ausentes por algún motivo… Kazushige Nishida, un empleado sexagenario de Tokio, reciente viudo y padre de una hija con la que no tiene relación, contrata el servicio de una esposa y una hija para que le acompañen durante una cena por unos 370 dólares. Las elegidas por la agencia se ponen de acuerdo con Kazu (así le llamaba su esposa real) sobre detalles de cómo se comportaban las verdaderas y empiezan a actuar. Kazu queda satisfecho, «cualquiera desde fuera los habría tomado por una auténtica familia». Tras varias cenas fuera, las invita a cenar a casa y, al final, se atreve a enviar su llave a la agencia: vuelve esa noche a un hogar iluminado, habitado, con la cena preparada. Lo más emocionante de la historia es que las relaciones entre los tres dejan de ser fingidas: Kazu comienza a hablar de su hija «perdida» y, al final, se atreverá a llamarla. Él mismo se da cuenta de que ya no ve a las actrices de Family Romance como sustitutas de sus parientes, sino como seres humanos únicos, y él mismo se relaja y actúa con naturalidad.
Al final, es la historia tan antigua de la soledad del ser humano, ser social y, sobre todo, familiar. Este domingo celebramos en muchos países del mundo el Día de la Madre. Con una tasa de fertilidad muy baja, alrededor de 1’3 hijos, e inmersos en un invierno demográfico con tintes suicidas por una crisis de valores (de otra manera no se explica que, con más facilidades que antes, cada vez se tengan menos hijos), las nuevas tecnologías salen al paso con recursos como una app llamada Woom, (ideada por Laurence Fontinoy y Clelia Morales, fundadoras de Woom Fertility), pensada para que sus usuarias se queden embarazadas en el menor tiempo posible. Ellas mismas no se aplicaron el cuento, como recoge El País, y tuvieron que vivir en propia carne las dificultades para concebir cuando ya eran mayores. Abandonaron sus puestos en Google y eBay respectivamente, y fundaron una compañía del sector FemTech (nuevas tecnologías al servicio de la mujer). Tras un récord de 40.000 embarazos en algo menos de dos años, ahora quieren ampliar la ayuda al parenting (aprender a ser padres) y en la época de la menopausia.
El hogar, centro neurálgico de la familia, es el marco de referencia que mi colega el profesor del IESE Antonio Argandoña ha elegido para abordar con otros expertos muchos desafíos que afronta hoy la familia. Acaba de editar el libro The Home: Multidisciplinary reflections, porque el hogar no es solo «donde reside el corazón, sino también donde empieza la sociedad».
En algunos posts de su Blog Economía, Ética y RSE, Argandoña selecciona frases de la encíclica del papa Francisco Amoris Laetitia, que le sirven para ilustrar que el hogar es el marco adecuado para la investigación social y la puesta en práctica de mejoras importantes, ya que «permite trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos (…), con paciencia en situaciones difíciles y adversas, o los cambios de planes que impone el dinamismo de la realidad». «Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán» (lo que vale también para la empresa, otra «organización multipropósito»):
«El hogar es una organización preparada para cuidar. Siempre. A todos. Por eso, el hogar es el lugar al que se vuelve. Es una organización multipropósito: todos hacemos muchas cosas, que van cambiando en el tiempo: las funciones del hogar no son siempre las mismas, pero todas son importantes. Hemos de estar dispuestos a hacer lo que haga falta: como decía aquel, a planchar un huevo o a freír una camisa. Los procesos son largos, necesitan tiempo.»
Pero no hay hogar sin maternidad, fiesta que celebramos este domingo. Os dejo con estas palabras de la Madre Teresa de Calcuta, y un vídeo que hace pensar:
“Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Sin embargo.., en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño,
perdurará siempre la huella del camino enseñado”
¡Muchísimas felicidades a todas las madres, abuelas y bisabuelas!
Gabriel Ginebra comenta:
«Lo que cuentas del Japón está explicado también en película «Familia» de Leon de Aranoa. Una persona de 55 años, los que yo tengo, alquila una familia entera el día de su cumpleaños. En el fondo la nostalgia de la familia existe, a pesar de que se la quiera silenciar.
Gracias Nuria por el post. Cada día estás más profunda»
Necesitamos el esfuerzo «ecológico» que permita redescubrir la familia y favorecerla desde todas ls instancias públicas
Así es! Mil gracias a los dos!