Por qué España debe volver al horario de invierno… y quedarse
A finales de agosto, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, anunció que esa misma semana propondría la eliminación de los cambios de horario verano-invierno, noticia muy bien recibida por la mayoría de europeos. Pero sí habrá cambio este 28 de octubre al horario de invierno, como informaba El Mundo en este artículo, porque lógicamente «las cosas de palacio van despacio…» (o las cosas de la Comisión, deberíamos decir…).
No perdamos de vista que quedarse en el horario de verano les interesa sobre todo a Alemania y a otros países de su huso horario, que no es el nuestro. Para nosotros, lo interesante es atrasar ahora el reloj, y posicionarnos en nuestro huso horario natural, el de Greenwich, y permanecer ahí para siempre, sin más cambios. Este es el primer paso necesario, tras el que vendrán los demás: cambios en la hora de comer y cenar, acostarse, salir de trabajar, etc. Ayer mismo, Juncker anunció que cada país elegirá qué horario quiere tener, como podéis leer en este artículo de El Economista.
Llevamos años trabajando activamente por la racionalización de nuestros horarios, tanto desde ARHOE (Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles), como desde el CARH (Consejo Asesor para la Racionalización de los Horarios, adscrito a Presidencia de la Generalitat de Cataluña). En este blog hemos hablado a menudo del tema, como podéis leer aquí, por ejemplo. No cambiar ahora al horario de invierno, como propone Juncker, y quedarnos en el de verano, supondría un ahorro irrelevante. Lo que sí sería elevado es el coste para la salud (falta de sueño, descanso insuficiente). Como en España amanece una hora más tarde que en Alemania, en realidad lo que necesitaríamos en España es esa hora menos para situarnos donde nos corresponde (la hora de Gran Bretaña y Portugal, que es el horario de Greenwich)…y permanecer así cuando llegue la primavera, es decir: no volver al horario de verano en marzo. Nos levantaríamos con sol -y no de noche como ahora- y seguiríamos mejor el ritmo circadiano. Volver a Greenwich es el mejor punto de arranque para posicionar horarios de colegios, de comida, anular la media-mañana, adelantar el prime time en la televisión, etc.
Si se aprueba la norma, esta no será de obligado cumplimiento -como hasta ahora, en que estamos legalmente obligados a cambiar la hora dos veces al año-. Cada país podrá adoptarla o no.
Os dejo con una entrevista que me hicieron al final del verano en la COPE, podéis escucharla a partir del minuto 12.30.
Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones en IESE Business School.
Hola Núria
Totalmente de acuerdo. Nos costará acostumbrarnos pero espero que ello contribuya a poder hacer unos horarios más racionales. Buen otoño!!!
Eulàlia
Muy buenos días, Nuria:
Totalmente de acuerdo pero ¿qué te parecería seguir el horario solar estrictamente? Me refiero a que con el llamado «horario de invierno», en España seguimos estando una hora adelantados respecto al sol.
Un saludo muy grande desde San Sebastián
Totalmente de acuerdo contigo, pero todavía más con Rafael Hernández, ya que lo normal es tener la hora solar. Se trata de vover a la «hora vieja» de mediados de los cuarenta, que recuerdo perfectamente. Saludos desde los Pirineos
Totalmente de acuerdo, Rafael y Roberto. Lo correcto sería volver a la hora de invierno central en octubre, y retrasar otra hora más, por ejemplo en Nochevieja, para volver (78 años después) a la hora de invierno occidental. A ver si los políticos lo entienden…
Después del cambio en octubre, habrá gente que dirá que ya está, y habrá que explicar que no, que aún no hemos vuelto a la hora abandonada en los años 40.
Yo coincido con usted y reafirmo su posición, lo adecuado seria volver a la hora de octubre, un saludo desde Madrid.
El problema no es la hora oficial en sí. Podríamos imaginarnos que no existiesen los husos, que hubiese una solo hora oficial para todo el planeta, y que coincidiese por ejemplo con la hora solar de Singapur. Dormiríamos entonces entre las 5 y las 13 h. Sólo sería cuestión de otros nombres para nuestras horas.
El verdadero problema es que en España dedicamos demasiadas horas al trabajo (además sin mejorar la productividad), tenemos una pausa para comer demasiado larga y cenamos justo antes de ir a dormir. Y la manera más fácil para arreglarlo es acercar la hora oficial de España lo más posible a la hora solar.
Totalmente en desacuerdo. Para poder disfrutar de nuestra vida, son necesarias 2 cosas: salir pronto de trabajar y tener entonces horas de luz natural.
No es lógico salir de trabajar a las 18-19h en invierno, cuando ya es de noche. Lo lógico es implantar un horario laboral de oficina similar al aleman/europeo, saliendo a las 15h aprox. de trabajar, y poder disfrutar de las máximas horas posibles de luz. En Invierno con horario de verano supondría que en Barcelona anochece a las 19h, y en Galicia a las 19:45h, que me parece natural y razonable.
Si adaptamos el hoario al «horario solar» entonces también tendríamos que adaptar los hoarios laborales a ese horario, y hacer como por ejemplo en una gran parte de latinoamerica, que a las 6 am ya están despiertos o en el puesto de trabajo. Se despiertan con el sol, y si adelantamos 1-2 horas en España, amanecería a las 4:30-5:30 am. Qué sentido tiene entrar a las 9am a trabajar, y que ya llevemos 4 horas de luz para entonces. Eso es perder horas de luz, hay que aprovecharlas, y o trabajamos antes, o retrasamos la hora, para adaptarla a nuestras costumbres laborales (que no las podemos elegir…).
Por eso lo mejor es que anochezca lo más tarde posible, manteniendo el horario de verano.
Coincido totalmente con el comentario anterior, de SoulChaser22 pero con una matización. Creo que por mucho que adaptemos o mantengamos nuestros horarios la cultura de calentar asientos y hacer 12 horas de trabajo, con tres para comer a medio día va a ser muy difícil de erradicar, por no decir imposible.
El empresario se aprovecha de nuestra disponibilidad, los empleados con más miedo a perder el trabajo que ganas de trabajar… al final es una pescadilla que se muerde la cola con la que tendremos que lidiar antes de meternos en otras harinas. Al final en este país nos, como en todos nos movemos por las horas de luz solar y es atractivo para el turismo y la economía que las tardes se alarguen para que podamos salir a disfrutar en lugar de meternos en casa a las 5 pm
Un poco de geografía nos puede ayudar. En el equinoccio (literalmente igual-noche) del 21 de marzo y del 21 de septiembre en cualquier punto del planeta, y durante todo el año a lo largo del ecuador, la luz diurna y la noche oscura tienen la misma duración de 12 horas. En verano hay más luz, y en invierno hay más oscuridad. Con la hora solar, esto nos da al inicio de primavera y otoño que el sol sale a las 6 h. y se pone a las 18 h. (12 h. de luz: 6 por la mañana y 6 por la tarde, entendiéndose que la tarde empieza a las 12 h. del mediodía). En verano sale a las 4:30 h. y se pone a las 19:30 h. (15 h. de luz: 7 1/2 por la mañana y 7 1/2 por la tarde). En invierno sale a las 7:30 h. y se pone a las 16:30 h. (9 h. de luz: 4 1/2 por la mañana y 4 1/2 por la tarde). Esto casa con un horario laboral de 8 horas de la siguiente manera (que es de hecho lo que ocurre actualmente en la mayor parte del mundo): mañana laboral 8-12 h., pausa breve para comer 12-13 h. y tarde laboral 13-17 h. Ahora bien, si en invierno va a haber 9 horas de luz, pues esas 9 horas de luz se van a tragar por entero las 8 horas de trabajo y la hora de comida a mediodía, se mire como se mire. En invierno, la vida privada se queda en la oscuridad, peti qui peti, esto es así, por muy mal que nos pese. Con volver a Greenwich, después de casi 80 años, volvemos a lo natural, que es básicamente comprimir la jornada laboral, suprimiendo el desayuno de media mañana, y con la pausa breve de 1 hora para la comida incluida, en una jornada continua de no más de 9 horas seguidas (8-17 h.). Esto libera más tiempo para la vida privada y el descanso, aunque en invierno eso sea en la oscuridad. Esto hará también que el prime time de la televisión pase a las 20-21 h., que vayamos a dormir antes, y nos levantemos también algo antes, para aprovechar por ejemplo esas horas de luz temprano en verano. Lo natural siempre es lo mejor.
Gracias, Jos, por compartir tu visión una vez más! Ya 6 años desde que presentamos tus tesis en el Congreso de ARHOE en Madrid. Vamos acercándonos al cambio necesario!! Sigue activa tu web sobre horarios en España? Fue pionera y muy pedagógica.
«Portugal rechaza poner fin al cambio horario» (http://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2018/10/02/5bb3593ce5fdeaac288b467b.html) Pues, ahora que pienso, esto podría ofrecer una solución “think out of the box” para España: que España mantenga también el cambio invierno/verano (hay voces que lo proclaman), pero poniéndose en el huso de Portugal, que es el de Greenwich…! O sea, la misma hora en toda la península (y en Reino Unido y Portugal). Es mejor meterse en el huso occidental manteniendo el cambio invierno/verano, que no quedarse en el huso central aboliendo el cambio invierno/verano.
Parece que los catalanes sólo estarían a favor de volver a Greenwich si también lo hacen Francia y Benelux. Sería loable que estos países también lo hagan, pero aunque no lo hagan, España/Cataluña lo necesita más: (1) España/Cataluña está más hacia el oeste, el meridiano de Greenwich lo atraviesa, lo natural es la hora de Greenwich; (2) Francia y Benelux no vivieron el hecho histórico del pluriempleo, ni conocen la jornada partida, ni desayunan a media mañana, ni comen tarde, ni cenan justo antes de ir a dormir; (3) Aquí hay más horas de sol al año, el sol importa más en la vida diaria, y por tanto se intuye que también la hora solar. Mucho me temo que, si nos quedamos en la hora de verano occidental = la hora de invierno central = Greenwich + 1, entonces seguiremos con las malas costumbres de la hora de las comidas, de manera que no acotaremos el tiempo laboral dentro de una estricto jornada continua como en el resto del mundo (8-17 h.), y por tanto seguiremos teniendo demasiado poco tiempo para la vida personal. Parece que da mucho miedo el que se ponga el sol antes, especialmente en invierno. Pues, eso mismo pasa desde siempre en Portugal, Italia, Grecia, Marruecos… Y no pasa nada. Antes bien: esa gente tiene más tiempo libre para sus cosas.
Gracias por seguir aportando luz, Jos!