¿Cómo salir de la arrogancia del relativismo?
El relativismo es una teoría filosófica que se ha impuesto en nuestra sociedad, según la cual todo es relativo y subjetivo. No hay nada objetivo ni real. Es como vivir en una habitación llena de espejos… ¿Cómo salir de ella? La profesora Marta López-Jurado, «perezlopiana» de pro, planteaba este dilema en la conferencia del women’s lobby de este mes «La integración de los saberes: una vía para salir de la arrogancia del relativismo».
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, mediadora Familiar por la Escuela de Terapia Familiar Sistémica y Master en Psicología Clínica, Marta es Profesora en el Departamento de Teoría de la Educación y Pedagogía Social de la UNED. Autora del libro «La decisión correcta» ver link.
La decisión es la protagonista de nuestra vida. Mediante las decisiones las personas se humanizan o se envilecen y eso no depende de las circunstancias, sino del uso de su libertad. En la elección se elige algo, pero lo que siempre resulta elegido es uno mismo. No se trata solo de querer algo para sí, sino de querer a sí para algo. Yo no soy yo por lo que pienso, sino por lo que decido: «Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma», como dice Nelson Mandela. Nuestras decisiones tienen consecuencias que escapan a nuestras decisiones y que dejan huella.
La profesora se sirvió de trozos de la película « La vida es bella » de Roberto Benigni de 1997, para comparar al protagonista de la película, Guido, que intenta hacer lúdica la vida de su hijo en un campo de concentración, con el médico militar que en medio del campo sólo se preocupa por un acertijo, ajeno a la realidad atroz que le envuelve, siguiendo su vision «relativa» de la realidad.
La clave para salir de este relativismo está en la integración de saberes, que no sólo implica mas información o conocimiento, sino más sabiduría basada en una racionalidad bien entendida, es decir, una «racionalidad completa». El «querer racional completo» que lleva al «hacer» y éste lleva a «sentir afecto». La razón está para cuidar los afectos, no para ignorarlos, ni para ser esclavo de ellos. Sin racionalidad no hay virtud moral ni se pueden adquirir competencias. La racionalidad es importantísima para la felicidad. La moralidad lleva a la racionalidad completa, a decisiones prudenciales y a relaciones cooperativas. La pseudo-moralidad lleva a relaciones instrumentales, a relaciones competitivas y al utilitarismo, tal y como se puede ver en la película y, desgraciadamente, cada vez más frecuentemente en nuestra sociedad actual.
Aquí tenéis el video de la sesión de Marta (sin el corte de la película por temas de copyright) y la presentación en powerpoint. ¡Disfrutadlas!
Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones en IESE Business School.
El relativismo nace con la caída de Lucifer. No es que el demonio quiera el mal, sino que quiere el bien pero según su propio criterio subjetivo, sin referencia absoluta objetiva alguna. Y lo quiere él solito, sin ayuda ni gracia ni nada exterior a él.
En teoría, el relativismo es fácil de pinchar: presenta su postulado como un absoluto, por tanto es una contradicción irremediable.
Pero loo que pasa es que no solo somos inteligencia, sino también voluntad: somos capaces de negar lo más evidente, si así nos da la gana. De manera que en la práctica, el relativismo se combate más eficazmente desde el querer que desde el entender.
Y el querer se moldea en los hábitos, y así llegamos a la importancia de las virtudes, que cuentan mucho más que la erudición más refinada.
He realizado una petición en change.org para retrasar la hora española, y buscando argumentos constato que nadie lo defiende mejor que usted. Anularía la petición si decidiese realizarla usted, la razonaría infinitamente mejor y tendría más apoyos. Dejo el enlace:
http://www.change.org/es/peticiones/gobierno-de-españa-que-se-retrase-una-hora-el-horario-oficial-en-españa
Gracias por su trabajo y sabiduría, y su blog que seguiré con interés.
Las cosas siempe son según el color del cristal con que se miran. Esto es relativismo. Entonces si yo lo miro todo con mis solos ojos, siempre será relativo. Pero si lo miro con los ojos de muchos encontraré la verdad y la realidad de las cosas. Como aquella persona que veia que su vecina tenía mucho tiempo los cristales de su ventana muy sucios, cuando su marido le dijo, los cristales súcios son los nuestros. Los limpio y todo la vio con má limpieza y claridad. Buen fin de semana. Saludos a toda la família. Josep
Gracias por compartir estas cuestiones, el título de este post creo resume bastante bien el sentido del mensaje. Desde mi punto de vista, y citando a J.F. Sellés sólo una cuestión complementaria: la soberbia del relativista traspasa no sólo sus manifestaciones de su ser y no anida en su voluntad, sino en su intimidad misma, algo que lo hace divorciarse de la verdad o abandonar su búsqueda («la humildad –más que una virtud de la voluntad– es la fuente personal de todas las virtudes» JF Sellés). Para salir de la arrogancia del relativismo, la humildad puede ser buena compañera, QUIZÁS MÁS IMPORTANTE QUE LA RACIONALIDAD.
Por otro lado, para los interesados en el poema que sale en la película Invictus, señalar que el autor es el gran poeta William Ernest Henley. Que buena idea idea para la integración de saberes, es saber integrar la literatura. Un saludo!
Gracias por el dato, David. Efectivamente, hay que integrar también la literatura! Seguimos… Nuria
Interesante material, sin duda una racionalidad bien integrada puede ser beneficiosa, aunque conlleva el peligro de la soberbia. Estoy de acuerdo con lo que comenta Jos, en el querer, los hábitos y virtudes hay una clave.