Laudato si, la auténtica ecología global

El nuevo trending topic mundial es “Laudato Si” (link), la nueva encíclica del Papa Francisco sobre la auténtica ecología y las prioridades económicas, culturales y sociales.

Sobre el estado de la tierra y nuestra responsabilidad sobre ella el Papa afirma:

– La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. Particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días.

Cada criatura debe ser valorada con afecto y admiración y todos los seres nos necesitamos unos a otros. Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. La interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común. ¡Qué maravillosa certeza es que la vida de cada persona no se pierde en un desesperante caos, en un mundo regido por la pura casualidad o por ciclos que se repiten sin sentido!

– Para la tradición judeo-cristiana, decir «creación» es más que decir naturaleza, porque tiene que ver con un proyecto del amor de Dios donde cada criatura tiene un valor y un significado. Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios. El Señor podía invitar a otros a estar atentos a la belleza que hay en el mundo, porque él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro.

Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien. Cuando el ser humano se coloca a sí mismo en el centro, termina dando prioridad absoluta a sus conveniencias circunstanciales, y todo lo demás se vuelve relativo. La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia?

– La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo.

– Conviene evitar una concepción mágica del mercado, que tiende a pensar que los problemas se resuelven sólo con el crecimiento de los beneficios de las empresas o de los individuos. El principio de maximización de la ganancia, que tiende a aislarse de toda otra consideración, es una distorsión conceptual de la economía. El ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta.

– El descanso es una ampliación de la mirada que permite volver a reconocer los derechos de los demás. Ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo. Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir. Muchos saben que el progreso actual y la mera sumatoria de objetos o placeres no bastan para darle sentido y gozo al corazón humano, pero no se sienten capaces de renunciar a lo que el mercado les ofrece.

– La tecnología ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, y suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros.

– Sobre la ciencia e información: La verdadera sabiduría, producto de la reflexión, del diálogo y del encuentro generoso entre las personas, no se consigue con una mera acumulación de datos que termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminación mental.

– Sobre la población humana: En lugar de resolver los problemas de los pobres y de pensar en un mundo diferente, algunos atinan sólo a proponer una reducción de la natalidad. No faltan presiones internacionales a los países en desarrollo, condicionando ayudas económicas a ciertas políticas de «salud reproductiva». Culpar al aumento de la población y no al consumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de no enfrentar los problemas.

– Si de verdad queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje. Cuando no se reconoce en la realidad misma el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad –por poner sólo algunos ejemplos–, difícilmente se escucharán los gritos de la misma naturaleza. Dado que todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto. No parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión humano aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades.

Además la encíclica explica que la  creación es casa común de cristianos y musulmanes, como se recoge en este artículo (link) de Pilar Gonzalez Casado.

Esta semana el Papa ha estado en Turín. Aquí tenéis un breve vídeo de la Sábana Santa que resume algunos hallazgos científicos de esta misteriosa tela…

¡Muy Feliz San Juan!

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3 Comentarios

  1. Rafael Hernández Urigüen

    Me parece que supone una carta magna para replantearnos mucas cosas diarias que además son realizables

  2. Roberto Marugán Giró

    Nuria: Me conoces y sabes bastante como pienso, siento y actúo. Creo que S.S. ha dicho lo mismo que muchos otros, pero de una forma total y trascendental. En teoría estamos a tiempo de enmendar el camino, ya que es posible, pero sinceramente creo que no lo haremos y viviremos lo que anuncia San Juan y hoy es el día más indicado para reordarlo. Con un gran abrazo. RMG.

  3. Magnifico resumen Nuria.Darlo a conocer es función de todos.gracias

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